Los ayuntamientos de las localidades alicantinas de Teulada, Benitachell y Moraira, donde la población se triplicaen verano, han comenzando a ofrecer este suministro central mediante el reparto de garrafas de agua de forma racionada, pero la situación de emergencia prolongada por la sequía que está sufriendo la zona está perjudicando a la hostelería y el turismo.
Mientras los veraneantes disfrutan de la riqueza de agua bañándose en el mar, los vecinos ‘luchan” día a día para poder beberla y aguantar a final labores cotidianas. El agua de llave procede de la desaladora ya desde hace semanas. Ni sacia la sed, ni es apta para el consumo ordinario. Hay a quienes les ha pillado por sorpresa. “No lo sabía, he regado las plantas de interior y las del floresta y están todas muertas porque el agua tiene mucha sal”, cuenta un vecino en declaraciones a torrevieja news today Noticiario mientras llena su casco en el reparto de agua que organiza el Consistorio en el polideportivo de Moraira. “Solo puede ponerse tres o lo equivalente a 20 litros“, le indica el operario municipal, quien adicionalmente le informa sobre el horario de este servicio, de 10 a 14 horas.
Muchos sectores sufren la sequía
Son los estragos de la sequía, que asimismo padecen los restaurantes. El almacén de El Racó de L’Arròs está repleto de cajas de agua. En el restaurante regentado por Fernando Sapena se emplean 30 garrafas diarias, es proponer, 180 litros para preparar el plato representativo de la Comunidad Valenciana; la paella. “Nos está afectando, usamos agua embotellada para colar las verduras, para la paella y hasta para la máquina de café“, lamenta Sapena.
Para ablandar las consecuencias del desabastecimiento de agua, se reforzará el reparto instalando dos nuevos puntos de distribución de garrafas en los mercadillos semanales que se suman a los depósitos de agua potable del campo de fútbol de Teulada y en la pista del polideportivo de Moraira. Para poder retirar el agua, es imprescindible presentar el DNI y el recibo de agua.
Asimismo, los vecinos de Poble Nou de Benitachell han comenzado a percibir por fin el agua embotellada. En el primer reparto se les ha puesto a su disposición 3.800 garrafas de 6,5 litros.
En un contexto en el que las autonomías se ven inmersas en ‘la hostilidades del agua‘ y en el que se pone sobre la mesa la pobreza de un Plan Hidrológico Franquista, los vecinos de las localidades afectadas padecen de primera mano los estragos de la sequía sin tener la certeza sobre cuándo podrán retornar a tener agua potable de llave.
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