El PP pide la dimisión de Armengol por los casi 800.000 euros del Congreso en traductores


La aviso publicada ayer por torrevieja news today, que refleja el consumición de los contratos de traductores de lenguas cooficiales en el Congreso de los Diputados, provocó que desde el Partido Popular (PP) pidieran otra vez la dimisión de la socialista Francina Armengol, presidenta de la Cámara Descenso.

Los populares no tardaron en reaccionar en presencia de la información. Miguel Tellado, portavoz del PP en el Congreso, recordó ayer, mediante su cuenta de X (antiguamente Twitter), que desde su formación no dejarán de «requerir su dimisión» correcto a las numerosas polémicas que afectan a la presidenta.

El ataque de Tellado en dirección a Armengol fue causado no solo por los 780.546 euros que costaron los 249 contratos menores en servicios de traducción desde el pasado septiembre, sino además por cómo fueron aprobados o convalidados los mismos. Cada uno fue firmado por un mayor de 14.999,99 euros, un céntimo menos que el coto para tener que licitarlos vía concurso divulgado.

El portavoz del PP aprovechó además para recriminar «la docilidad y connivencia» de Armengol con los independentistas y con su partido, que necesitaró el apoyo de ERC y Junts para que la socialista balear presidiese la cámara. Esta «connivencia» ha provocado imágenes controvertidas en el Congreso, como cuando los diputados de Vox abandonaron la Cámara Descenso durante el estreno del sistema de traducción o la osadía de Junts de expresarse sólo en catalán a los medios de comunicación, aun cuando no disponen de traductores en el hemiciclo.

Otras polémicas

Esta no ha sido la única vez que los populares han necesario la dimisión de Armengol. Desde la formación denuncian, todavía, la implicación de la presidenta de la Cámara Descenso en la trama Koldo. «Es la presidenta del Congreso sólo por su implicación en la trama Koldo», incluyó el portavoz del PP en su publicación de ayer.

El mismo Tellado ya reclamó en marzo la dimisión de Armengol en el Congreso mediante un escrito, explicando que ella no es una «víctima» sino una «presunta colaboradora necesaria de esta estafa».

Por final, el portavoz ha perceptible a Francina Armengol de convertir «la cámara en el cárcel de pruebas de La Moncloa» correcto a los numerosos escándalos que han implicado a la tercera autoridad del Estado en tan pronto como un año.



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