La sanidad ourensana resiste el verano con 87 médicos voluntarios



Los centros de sanidad ourensanos están encarando un verano “complicado”.  Los periodos vacacionales de los facultativos se han entremezclado con el aumento de las consultas y la desliz de personal médico. Una situación que ha derivado en tener que tomar nuevas medidas para hacerle frente. Así, el Gobierno Gallego puso en marcha a comienzos de este verano un Plan de refuerzo veraniego al que dotó con 12,5 millones de euros para respaldar la colaboración sanitaria, lo que ha conllevado la incorporación de médicos voluntarios a una bolsa para cumplir la cobertura de los Puntos de Atención Continuada (PAC).

En concreto, en Ourense, hay ya 87 médicos voluntarios trabajando de forma “extraordinaria” del total de 400 facultativos que se han incorporado en toda la comunidad gallega para este verano. En la provincia se reparten en 75 facultativos que aceptaron seguir prestando servicio, trabajar más horas o moverse a otros centros durante la época veraniego a través de la encomienda del Sergas, y 12 médicos residentes de posterior año que se han incorporado a trabajar ayer de consumir la formación, bajo la supervisión de tutores. 

Cobertura sanitaria

Gracias a este conjunto de voluntarios y a su incorporación, se ha conseguido engrosar la cobertura en las urgencias y PACs. La bolsa de voluntarios incluye personal de refuerzo que llega del 061, movilidad temporal a centros con anciano penuria de personal y refuerzos puntuales para respaldar la cobertura. 

Este año, en Ourense se ha seguido con la cuerda de no cerrar las camas hospitalarias durante la época veraniego, aunque esta condición se ha trasladado finalmente a toda la comunidad. Una planificación que se ha desarrollado en función de estudios de primaveras anteriores, para, según la Xunta, “garantir a calidade asistencial dos pacientes”, al incrementar este 2024 un 10% la demanda con respecto al año precursor. 

Doblan turnos y pasan consulta hasta a 80 pacientes cada día

A comienzos de julio el Colegio de Médicos de Ourense alertaba que esta situación de colapso taza en verano no tenía alternativa a corto plazo. La atención iba a estar garantizada, indicaban, pero el precio a remunerar iba a ser el del sobreesfuerzo de los profesionales sanitarios. Una carga de trabajo que todavía iba a ser más notoria en los centros de Atención Primaria y en el servicio de urgencias.

Para ello, el Sergas, implementó medidas para aminorar el impacto de esta situación. Una de las más sonadas fue la contratación durante este periodo de los mir que se encontraban en el posterior año o el refuerzo de los Puntos de Atención Continuada. Unas soluciones que admisiblemente es cierto ayudaron a distensionar la situación del sistema taza, pero no de librarlo de ese mal continuo.

La situación de los facultativos oportuno a la desliz de personal y el aumento de la demanda derivó, y continúa derivando, en situaciones donde los sanitarios tienen que doblar turnos para atender a los pacientes que llegan durante el exposición de la trayecto, pudiendo arribar a prestar servicio a 80 personas diariamente. 

Adhesión dispersión

A esta saturación endémica se le suma el reparto de pacientes de los facultativos ausentados por ocio. Una situación que se traslada al rural, que en esta provincia cuenta con una inscripción dispersión geográfica, y en donde más de la fracción de los centros de atención primaria son unipersonales, derivando en que los facultativos se desplacen diariamente para dar cobertura a varios concellos.

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