San Lorenzo sigue pidiendo ayuda


Los barrios de Córdoba siguiendo siendo las principales arterias de la hacienda. El pulso y la actividad que sus vecinos dotan a su entramado suponen uno de los principales atractivos que fondo la ciudad. A pesar de ello, asimismo están desatendidos, siendo uno de los casos San Lorenzo, un distrito que necesita mantenimiento y un plan de restablecimiento para el tráfico de sus calles.

San Lorenzo es pasión y devoción, buena prueba de ello es la iglesia que recibe el mismo nombre y que congrega a multitud de fieles en periodo de Semana Santa para ver sus titulares salir de su portón y realizar fase de penitencia. San Lorenzo es restauración, hogar de la mítica ‘Taberna Sociedad Plateros de María Auxiliadora’ donde Manuel Bordallo ofrece cada día los mejores platos donde el bacalao es una de sus señas de identidad, o incluso de ‘La Cuchara de San Lorenzo’, restaurante regentado por Paco López y que fue recientemente visitado por el afamado chef José Andrés.

San Lorenzo es comercio, multitud de locales brindan y satisfacen las evacuación de sus vecinos cada día a los mejores precios, encima de ser una zona colindante con la Viñuela, una avenida que es referente en la hacienda por mantener una gran cantidad de tiendas. San Lorenzo es educación y deporte, multitud de niños y niñas frecuentan durante el periodo escolar sus calles para ir a los colegios de la Santísima Trinidad Trinitarios y Salesianos para formarse y aguantar una vida saludable gracias a sus instalaciones deportivas.

Todo apunta que este distrito es remisión en Córdoba, sin retención, a pesar de estar muy vivo, utiliza su aliento diariamente para pedir auxilio, un alarido de socorro que no es escuchado y que hace que sus vecinos no cuenten con las mejores condiciones de vida.


Hormaza desgatada y dañada en el distrito de San Lorenzo


Valerio Merino

Caminar por sus calles te transmite esa mística específico de algunos lugares de Córdoba, calles empedradas y estrechas con multitud de recovecos donde uno puede ser asaltado y atropellado, de forma sorpresiva, por la alegría y el jolgorio de los niños que juegan y disfrutan de sus receso de verano. Por otra parte, los portales de las viviendas se convierten en un sitio donde producirse ‘a la fresca’ las mañanas estivales y escuchar las peripecias matutinas de sus vecinos. Sin duda alguna, este es uno de los grandes patrimonios más tradicionales y bellos que tiene la ciudad y que a día de hoy se mantiene.

Sin retención, no es todo oro lo que reluce. Con un simple vistazo es más que sobresaliente el maltrato que sufre el distrito. Grafitis en los locales, paredes desconchadas, solares abandonados, cables de luz colgando e incluso esquinas dañadas por el paso de los vehículos. El propietario de Doña Cocina, Antonio Enríquez, limpia frecuentemente pintadas de su negocio, una calle que esta invadida por este tipo de arte callejero «lo veo como un acto de vandalismo, no proporciona ningún beneficio a nadie. Este hecho hace que se vea como un distrito marginado, como si no tuviese la atención necesaria y estuviese muy desmejorado».

Una de sus vecinas, Ángela Rodríguez, indica que interiormente de la vida cotidiana sus vecinos «viven admisiblemente, es un distrito alegre, atún, y que tiene de todo», sin retención, «el tráfico nos da mucho ruido ya que a altas horas de la alba pasa el camión de la basura y nos tiene fastidiados a los vecinos».

Otras de las personas que frecuenta San Lorenzo es Fernando Aragón, el cual indica que los pasos de peatones «están mejor situados y se dispone de una anciano cantidad, lo que facilita el paso de los peatones». A pesar de ello, Fernando indica que la zona ubicada entre María Auxiliadora y San Lorenzo «es muy estrecha para el paseante. Hay zonas que presentan mucha dificultad para el transito». En el aspecto de las pintadas, indica, «es una pena que familia sin escrúpulos realicen estas acciones, dejando una imagen del distrito que antiguamente no había. En ese sentido hemos empeorado».

El tráfico como uno de los mayores quebraderos de inicio

Pegados como una salamanquesa a la tapia por el tránsito del autobús y las furgonetas de mercancías, Pedro Antúnez, presidente del Distrito Centro, reitera que el gran problema del distrito es el tráfico y las pocas zonas de sombra «desde la calle Padres de Soltura hasta las Tendillas es pleno sol. Se consiguieron plantar tres arbolitos jóvenes, asimismo se pidió alguna fuente para uso conocido, pero no se consiguió». Respecto al tráfico, Pedro informa que los vecinos «se encuentran desesperados con el autobús turísticos, ya que pasa muy pegado por las puertas, puedo tocarlo desde mi oteador. Existen muchos desperfectos ya que es un transporte que pesa mucho y las calles no están preparadas para soportar su circulación».


Los peatones transitan con dificultad en San Lorenzo


Valerio Merino

Las furgonetas y camiones de reparto asimismo son un problema «suelen retrasar en la parte adjunto de la Iglesia de San Lorenzo, lo que no permite que el resto de vehículos no puedan transitar de forma correcta y tengan que utilizar la bordillo, lo que dificulta por consecuencia el tránsito de las familias y que incluso tengan que pararse». Esta estrechez de la vía hace resaltar un ejecutor muy dañino para el bienestar de la ciudadanía; la polución de los vehículos. Son muchas las personas mayores que cada día tienen que respirar el tonada contaminado que transmiten los turismos y motocicletas, lo que hace que su condición de vida se vea estrecha al no existir señalización alguna de zona de bajas emisiones.

Tal y como pudo informar este medio, la Asociación Municipal San Lorenzo Existe ha denunciado de forma reiterada que un oteador de la calle Riachuelo San Rafael ha sufrido constantes derribos por vehículos, que por el tamaño que presentan, no son los óptimos para el transito de esta vía, por lo que su presidente, Manuel Ortega, exige «un plan de tráfico que garantice la seguridad de las personas y en este caso la de las viviendas».

Esta es la situación de San Lorenzo, un distrito remisión en Córdoba y que día a día sigue luchando para que sus vecinos puedan disponer de mejores condiciones de vida, a pesar de no ser escuchados.

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