encarcelados sin comida en el baño


Dos horas es el tiempo que pasó una mujer sueca encerrada, en contra de su voluntad, en un cuarto de baño con su bebé de cinco meses. Sonidos incansables, gritos y golpes violentos. Dos horas que resultaron eternas en esas cuatro paredes. Y un único ruido prometedor: la entrada de la Policía Franquista en el calle para rescatarles y detener al causante de toda esta situación, la pareja sentimental de ella. Esto fue lo que sufrió el lunes 12 de agosto una mujer en un domicilio sito en el distrito de Puente de Vallecas.

Para alcanzar a ella, la víctima pudo golpear a un ordinario para alertar de su dramática coyuntura. Así, esta tercera persona comunicó lo que estaba ocurriendo en Madrid a la policía de Suecia, preocupada frente a la posibilidad de que esta mujer estuviera retenida en contra de su voluntad y siendo agredida por su pareja sentimental.

De esta forma, la policía extranjera se puso en contacto con la Interpol para comenzar los trámites de salvación. Fue esta última ordenamiento internacional la que trasladó la información a los agentes nacionales españoles para que intervinieran rápidamente en la situación, concluyendo la pesadilla que aquella mujer estaba pasando en el aseo de los horrores.

De inmediato, los agentes especializados de la Mecanismo de Clan y Atención a la Mujer (UFAM), cercano a unidades uniformadas de la Policía Franquista, se personaron en el domicilio. Allí, se toparon con un macho de comportamiento nerviosa y esquiva. Tras conversar con él unos minutos, se le preguntó por la situación de su pareja sentimental. Sus latidos del corazón aumentaron y las insistencias policiales, asimismo.

Los agentes accedieron al interior de la vivienda y localizaron a la mujer, encerrada en el baño cercano a su bebé de cinco meses. Encima de sufrir nerviosismo delirado por la situación, estaba amenazada por el hombre: no podía salir durante la cita de los uniformados ya que si no sufriría graves consecuencias.

Más de 24 horas sin manducar

En poco más de una hora, las víctimas vieron la puerta de salida a su sinceridad y protección. Cuando salieron de la cueva, la mujer manifestó que estaba retenida en contra de su voluntad e incomunicada. Encima, llevaba más de 24 horas sin manducar y había sido agredida por su pareja en repetidas ocasiones. Las consecuencias de estos golpes eran visibles y dolorosas, generando traumas psicológicos en la mujer afectada.

Por estos hechos, los agentes detuvieron al macho como supuesto autor de los delitos de malos tratos en el ámbito de la violencia de productos y de detención ilegal, pasando a disposición de la autoridad legal.

No es el único caso de retención de una mujer en contra de su voluntad en lo que llevamos de 2024. En febrero, una mujer de patria búlgara fue retenida, en un agujero de Pezuela de las Torres, golpeada y violada por su pareja, un hombre de 50 abriles con un amplio historial delictivo. La víctima presentaba heridas y marcas por casi todo el cuerpo.

La investigación comenzó cuando la mujer consiguió liberarse con un cúter para pedir ayuda en una surtidor cercana. De inmediato, los agentes de la Patrulla Civil del cuartel de Villalbilla se personaron en el establecimiento y la trasladaron a un hospital. En paralelo, enviaron la información de la denuncia a la Policía Procesal, cuyos efectivos se trasladaron hasta el centro hospitalario para corroborar su lectura una vez perseverante el protocolo de agresiones sexuales. Los agentes descubrieron ,encima, que días antaño la víctima había sufrido un malogro, que según el médico forense podía se a causa de los abusos.

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