Manifestantes de todos los signos coinciden en su ‘no’ a la amnistía y avanzan su participación en la multitudinaria protesta del 😯 en Barcelona
Faltaban diez horas para que Alberto Núñez Feijó subiera al escenario y seis antes de que saliera el sol cuando partieron los primeros autobuses. Huelva en la dirección de Madrid. Cerca de 200 entrenadores procedentes de todos los puntos de España Colaboraron en el desborde de expectativas que hicieron del acto celebrado en Felipe II el evento de uno de los partidos políticos más multitudinarios de las últimas décadas. Un acto que llevó el sello organizativo del Partido Popular, pero al que acudieron simpatizantes, activistas y votantes de otras siglas en defensa de la “legalidad”, la “igualdad entre los españoles” y contra la amnistía que convirtió el acto en un híbrido entre mitin y la concentración de manifestantes de todo tipo.
“Voto a Vox y aquí estoy”, asegura a este diario martaque junto con gregorio y maráTodos, en familia, acuden al evento desde el madrileño distrito de Villaverde. “Nos han traído mentiras hasta este punto”, admite Gregorio, que defiende que cualquiera, a pesar de ser un acto del PP, participe en la protesta: “Cualquier buen ciudadano debería estar allí”. Afirman que asistirán a la manifestación del 8 de octubre en Barcelona.
En Génova, conscientes de que la cifra de asistencia fue hasta cinco veces superior a la estimada, sacaron pecho por la capacidad de convocatoria del partido, pero también agradecieron su gesto y compromiso al resto de formaciones que apoyarán la investidura de Feijó. Entre ellos, los 33 diputados de Vox, formación con la que el PP compartirá manifestación el 8 de octubre en Barcelona.
Pero este domingo no sólo acudieron al acto votantes del PP o de Vox. El llamamiento del sector crítico del PSOE con Pedro Sánchez -encabezado por Alfonso Guerra y Felipe González-, el no llegar a un acuerdo de amnistía con el independentismo ha llevado a los “socialistas de toda la vida” a salir a las calles en protesta. es el caso de Ceciliade una familia de tradición socialista en Comunidad Valencianacualquiera mará, que dice haber sido “votante del PSOE”, pero que la hoja de ruta de Pedro Sánchez, “dispuesto a ser presidente a cualquier precio”, le ha llevado a la plaza de Felipe II. Otros esperaron para conocer el grado de importancia de la convocatoria, pero tardaron poco en sumarse a la reunión: “Lo decidimos desde el minuto uno”.
Muchos de los allí reunidos portaron banderas españolas y, sobre todo, autonómicas para reclamar la igualdad entre regiones. Menos, y más concentradas en la parte más cercana al escenario, fueron las banderas azules del PP, muchas de ellas repartidas por el propio partido. “Esta no es una cuestión política”, explica para justificar la transversalidad de los presentes, un grupo que provenía de Zalamea la Real (Huelva)que resume como ningún otro el motivo que les llevó a salir a las calles de Madrid: “Por España”.
Martina, Esperanza. y Pepe Profundizan en la reflexión de que el clamor contra la amnistía no corresponde exclusivamente al PP ni a la derecha: “El problema nos afecta a todos”, y por tanto es lógico que se reúnan multitud de sensibilidades para decir no a la hoja de ruta del Gobierno. con el movimiento independentista.
Lo cierto es que el formato del evento se desconocía hasta los últimos días. El PP, aunque en un principio dijo invitar al presidente de UPN, Javier Esparza, acabó limitando el evento a un evento “de fiesta”, al que cualquiera podía asistir como “ciudadano”. Partidos como Vox, que han centrado todos sus esfuerzos en la manifestación del 8 de octubre, acabaron desvelando que ni siquiera estaban invitados al acto, por lo que descartaron asistir mientras reprochaban a Génova que organizara actos contra la amnistía al mismo tiempo que mantenían Contactos “informales” con Junts.
“Sólo nos queda protestar y que Europa nos eche una mano”, resume. Luisque cargó su vehículo particular con una pancarta gigante a primera hora del domingo y llegó a Madrid desde Castilla la Mancha con su esposa. Como tantas otras vistas en Felipe II, esa pancarta probablemente acabe recorriendo las calles de Barcelona dentro de dos semanas exactas.