Tradicionalmente en las playas nudistas era extraño ver a determinado con bikini o bañador. Sin retención, estos últimos primaveras, la situación está cambiando y no todos se quitan la ropa al pisar la arena. La masificación en zonas de costa está haciendo que muchos turistas busquen playas más tranquilas y privadas. Acaban accediendo a zonas nudistas y compartiendo espacio con ellos.
Naturalistas contra textiles
A los llamados “naturalistas” no les convence demasiado que los “textiles“, las personas con ropa, ocupen sus playas. Creen que se deben respetar los espacios y que ellos tienen sus propias zonas para bañarse. “Nosotros no podemos ir a sus playas, pero ellos sí que pueden venir a las nuestras“, explican.
Reclaman que en la costa hay espacio para todos y que cada uno tiene su sitio “quédate en la otra playa”, “nosotros no podemos ir 200 metros más para allá”, añade otra nudista.
Incómodos e inoportunos
Adicionalmente, acusan a los turistas de mirar demasiado y de enjuiciar incluso cuando determinado va desnudo, “me incomoda sobrado, el comportamiento es de fisgón”, “mucha masa te echa en cara que vayas desnudo o te dice que lleva un peque y que no tiene por qué ver esto”, explican.
Han protestado varias veces, “pedimos que nos respeten, porque la masa viene a mirar…”, aseguran. Muchos afirman que no se sienten cómodos con la presencia de personas en bañador e incluso parecen ellos los extraños: “parece que el raro soy yo”, se queja un nudista.
Respeto, hay espacio para todos
La búsqueda de playas más vírgenes y menos industrializadas atrae cada día a más turistas y bañistas a estas playas y es poco que reclaman los nudistas. Para simplificar una opción piden respeto y animan a probarlo, “Que le den una oportunidad y se quiten el bañador” para poder compartir así el mismo espacio. Pero eso sí, si la sensación no les convence, dicen, que se vayan a otra playa.
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