El matrimonio decidió trasladarse a Garganchón, un pueblo de 12 habitantes, para ayudar a combatir la despoblación que está experimentando la zona, como muchas otras localidades del país. “O hay gente como nosotros, que se anima y da el paso, o estos pueblos acaban desapareciendo”, afirma Daniel.
“O se animan o estos pueblos acaban desapareciendo”
Elena y David, un matrimonio de 30 años, decidieron mudarse a un pueblo hace cinco años hasta llegar a Burgos. Llegaron con su hijo Thao, hace tres años y hace 15 días lo anotaron en el registro municipal. Ahora Amaia, junto a su hermano, Son los únicos niños del pueblo..
Respecto a la posibilidad de tener más hijos, ambos dicen que no lo creen, al menos en un futuro próximo. “Ya hicimos el cupo, ya tenemos la pareja y tenemos entretenimiento para muchos años”, afirma el padre de los pequeños.
David es carpintero y trabaja para una empresa que fabrica encimeras. Elena es masajista y acupunturista, además de practicar la medicina tradicional china, y no se pierde la ciudad.
Y aunque hay varias casas rurales, dicen que en verano no hay más gente. Sin embargo, los vecinos de Garganchón están encantados con la llegada de Amaia. “Muchos días no has visitado el pueblo, que tiene tres calles, y has estado caminando durante hora y media”, explica David.
Despoblación en Burgos
La despoblación en Burgos aumenta con el paso de los años. Por ello, la Sociedad para el Desarrollo Provincial (SODEBUR) explora el resultado de su restablecimiento con nuevas ayudas: aquellas personas que se desplacen a las localidades de Burgos recibirán hasta 10.000 euros.
La cuantía global asignada es de 200.000 euros, con un importe máximo de 10.000 euros. La ayuda depende de los habitantes de la localidad. Si es menos de 500 tendrán más fondos, igual que si son familias con menores o personas con discapacidad.