A principios del siglo XII, el Reino de Galicia vivía una época de gran esplendor a nivel político, pero asimismo religioso. Alfonso VII era coronado rey en Santiago de Compostela y Roma concedía el primer año separar a la renta gallega. En tierras ourensanas, por aquel entonces todavía sin provincia, la infanta Teresa de Héroe promulgaba la carta fundacional del monasterio de Montederramo. En él, por otra parte de establecerse el origen de este centro sacerdote aparecen asimismo dos palabras que hoy dan nombre a uno de los enclaves más turísticos de Ourense, Rivoira Sacrata.
“Locum qui dicitur Rouoyra Sacrata, qui est in Monte de Ramo, condado Caldelas”; es proponer, el punto llamado Rovoyra Sacrata que se encuentra en Montederramo, condado de Caldelas. Una ortografía que aparecía como Rivoira Sacrata o Rovoyra Sacrata, dependiendo de los documentos. No sería hasta cuatro siglos más tarde cuando el historiador Fray Antonio de Yepes popularizase la traducción de “Ribeira Sacra”, suponiendo la nomenclatura como referida a la incorporación concentración de monasterios en las serpenteantes laderas que se suceden en la confluencia de los ríos Miño y Sil.
¿Ribera o robledal?
La traducción no convenció del todo a algunos lingüistas e historiadores, que consideran que el término “rovoyra” hace en ingenuidad narración a un cajiga noble, árbol venerado en la tradición celta, surgiendo el término Ribeira Sacra de un error de traducción con ahora cinco siglos de historia surgido del puño y pluma de Fray Antonio de Yepes.
Sea como fuere, lo cierto es que, desde aquel primer escrito definiendo la zona, han pasado 900 primaveras. No menos cierto es que se comercio de una zona predilecta de numerosas diócesis religiosas, que decidieron establecer en ella sus centros monásticos o que desde hace siglos, las laderas que bajan en dirección a las cuencas fluviales han regalado como fruto vinos muy apreciados recolectados mediante viticulturas heroicas.
Así, tanto si aquel originario “rovoyra” hacía narración a “Ribeira” como si lo hacía a “robledal”, este condado en el que se diluyen las fronteras de las provincias de Lugo y Ourense a través del agua se ha convertido con el paso de los primaveras en un importante foco de turismo, naturaleza, historia y monumentos.
Son una veintena de municipios de uno y otro lados del río los que conforman la Ribeira Sacra y que suben hasta 26 internamente del geodestino amparado por la Xunta. Son A Pobra do Brollón, Cúpula, Carballedo, Chantada, Monforte de Lemos, O Saviñao, Pantón, Paradela, Portomarín, Quiroga, Ribas de Sil, Sober y Taboada en tierras lucenses, unidos a A Peroxa, A Pobra de Trives, A Teixeira, Castro Caldelas, Chandrexa de Queixa, Esgos, Manzaneda, Montederramo, Nogueira de Ramuín, O Pereiro de Aguiar, Parada de Sil, Ribas de Sil, San Xoán de Río y Xunqueira de Espadanedo en la provincia de Ourense.