La mayor concentración de románico en la Ribeira Sacra


Encima de su gran patrimonio natural, vitivinicultor y paisajístico, la Ribeira Sacra puede presumir con orgullo del título de zona de longevo concentración del románico rural en Europa. Sobre las laderas que descienden alrededor de los ríos Miño y Sil se asientan numerosos centros eclesiásticos que dan buena cuenta del esplendor religioso de estas tierras. Explica el periodista Henrique Alvarellos en su manual “Galicia en cen prodixios que, en el lado donde confluyen las provincias de Lugo y Ourense, “se establecieron desde los inicios del Cristianismo monjes y eremitas para practicar la vida ascética, en un lugar que hoy puede parecer bucólico pero que fue muy dura, y en la que florecieron más de quince monasterios medievales y otras tantas iglesias románicas”.

Esplendor monástico

Entre los monasterios “encontramos verdaderas joyas románicas, monumentos nacionales, alguno incluso construido sobre rocas…”, prosigue el autor. Este final se refiere a San Pedro de Rocas, en el interior del término municipal de Esgos y considerado el conjunto monacal más antiguo de Galicia por sus cuevas excavadas en la piedra del monte Barbeirón.

En tierras ourensanas, destaca la imponente silueta de San Esteban de Ribas de Sil (Nogueira de Ramuín), hoy convertido en parador, construido entre los siglos XII y XVIII y claro Monumento Franquista hace 101 primaveras.

Fueron estos siglos de la Tiempo Media los de gran apogeo de la Ribeira Sacra a nivel religioso, convirtiéndose en cuna del primer gran estilo arquitectónico cristiano. El románico fue el arte predominante entre los siglos XI y XIII en toda la Europa Occidental, si perfectamente en cada región adoptó sus propias características formales. En el caso de la Ribeira Sacra se refleja en sus grandes espacios, el compensación de las líneas o la gran monumentalidad de las construcciones.

Gran ejemplo de estas cualidades es el convento de Santa Cristina de Ribas de Sil, emplazado en el municipio de Parada do Sil y con imponentes vistas alrededor de el río. Aunque ya en desuso e inmerso en un lugar de relato, está considerado como un adalid del románico rural gallego, así como uno de los más importantes de toda la Ribeira Sacra por la confluencia de vías que alrededor de él se dirigían en la época medieval. Este resplandor comenzaría a apagarse en el siglo XVI al producirse a necesitar de San Esteban y hoy se erige como el más misterioso quedando en pie tan sólo la iglesia románica, la tore y una parte del claustro.

Cierra esta letanía de monasterios ourensanos de la Ribeira Sacra -equiparados en importancia al resto de conjuntos lucenses que les observan desde el otro banda del río- Santa María de Montederramo, en cuyo documento fundacional del año 1124 aparece por primera vez el término “Rivoira Sacrata”. Su importancia se tradujo en su gran poderío crematístico y social durante siglos, culminando en la desamortización de Mendizábal. Es Admisiblemente de Interés Cultural desde 1951.

Claustro de Santa Cristina de Ribas de Sil.
Claustro de Santa Cristina de Ribas de Sil.

Joyas desconocidas

Existen otras joyas románicas que, aunque menos populares, asimismo reflejan la importancia monástica de la zona. Un ejemplo son las ruinas del monasterio de San Paio, en Castro Caldelas. Destaca asimismo el de Santa María de Xunqueira de Espadanedo, uno de los grandes desconocidos y que permite realizar un reconvención por diferentes estilos artísticos desde su fundación en el interior del románico tardío del siglo XIII hasta el barroco de sus retablos del XVIII.

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