¿Turistas o vándalos? Botellas, basura, tangas… el desolador panorama al que se enfrentan las kellys


Cada verano se reabre el debate sobre las situaciones que viven las camareras de pisos en los hoteles. Esta vez se vuelve a rasgar por las últimas imágenes que llegan desde un hotel de Ibiza. Habitaciones llenas de suciedad, con la ropa de los clientes tirada por el suelo o restos de botellas de trinque y de comida, esta es la situación con la que han de torear día a día las limpiadoras de los hoteles.

Rosa Fiteni, vicepresidenta de las kellys en baleares, explica en Espejo Conocido que “no importa la cuna que tengas para ser un grosero“. Por otra parte, asegura que cuentan con un cupo de tiempo restringido para suprimir cada habitación. Asegura que normalmente le dedican 45 minutos a cada habitación, pero en aquellas que se les tiene que ocuparse más, se lo restan a otras que les queden por hacer.

“No importa la cuna que tengas para ser un grosero”

En cuanto a la posibilidad de quejarse a un responsable, Fiteni cuenta que “pueden darle un toque al cliente, pero al día subsiguiente lo vas a tener peor porque se ha hexaedro el caso que ha reclamado y cuando el cliente se ha ido ha dejado la habitación peor todavía”.

“Se ha hexaedro el caso que ha reclamado y cuando el cliente se ha ido ha dejado la habitación peor todavía”

¿Qué ocurre con el sueldo? La vicepresidenta de kellys en Baleares explica que el sueldo medio está en 1.500 euros.

Frente a esta situación de desamparo, Fiteni sostiene que no tiene más opciones: “Lo que haces es coger todo lo que puedes y suprimir todo lo mejor que se puede y seguir para delante. Esas habitaciones son diarias. Es lo que vemos todos los días, que abres la puerta y te dices: Altísimo mío, qué hago aquí“.

Mónica García

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