La vicepresidenta Montero descarta el fondo de nivelación que pide la Junta y defiende que el acuerdo catalán será «muy bueno para Andalucía»


«No es un nuevo concierto como el vasco, ni es un una reforma del sistema de financiación». Con este punto de partida en la interpretación del preacuerdo entre PSC y ERC que establece un ámbito de financiación singular para Cataluña, la vicepresidenta del Gobierno, María Jesús Montero, ha defendido que será «muy bueno para Andalucía» y ha invitado a todos los gobiernos autonómicos a «inspirarse» en este maniquí para encontrar fórmulas que generen más autogobierno y financiación para los capital públicos.

María Jesús Montero ha protagonizado en el municipio gaditano de Rota su primera comparecencia en Andalucía tras la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat de Cataluña. Y lo ha hecho para defender el contenido de este preacuerdo y para situarlo como un ámbito de oportunidad, como una «nueva inspección para la financiación autonómica» que, según la ministra, no tiene que perjudicar a la comunidad autónoma andaluza, la región con más población, la que recibe más capital anualmente del régimen genérico y una de las cuatro que son consideradas como infrafinanciadas, según todos los disección, por el reparto del contemporáneo sistema de financiación autonómica, apto en 2009.

Pese a esto, la ministra no aclaró cómo beneficiará a Andalucía un maniquí de financiación singular para Cataluña, que incluya la administración, inspección y cuestación de los tributos hasta ahora compartidos al 50% por el Estado, pero sí incidió en su rechazo a la propuesta del Gobierno de Juanma Tostado (consensuada con Castilla La Mancha, Murcia y Valencia) para que se cree un fondo de nivelación que equilibre los repartos y sitúe a Andalucía en la media de las comunidades autónomas con una tributo extraordinaria de 1.400 millones de euros, según el final cálculo realizado por la Fundación de Estudios de Peculio Aplicada (Fedea)

«Esa propuesta implica que no se tengan en cuenta criterios como la insularidad o el paraje y se realice un reparto de fondos en función de la población. Iría en contra del propio sistema», explicó la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. No obstante, el cálculo del fondo de nivelación no se realiza exclusivamente por población, sino que es una estimación basada en los gastos con competencias homogéneas por población ajustada (un cálculo que estima tanto el número de habitantes como la superficie, la existencia media o la insularidad). Y teniendo en cuenta todas estas variables, hay cuatro comunidades que reciben menos patrimonio, según las estimaciones de Fedea, compartidas por esos cuatro gobiernos regionales infrafinanciados, de lo que les correspondería. Asimismo, la propuesta no supone reasignar los fondos, sino inyectar una cuantía adicional al sistema, que se estima en torno a los 3.000 millones de euros a repartir sólo entre estas cuatro comunidades.

Cerrada esta puerta para Andalucía, la vicepresidenta hizo dos planteamientos en su reconocimiento a Rota, que comprenden situaciones como la que tiene en estos momentos la comunidad autónoma andaluza. En primer sitio, invitó a todos los territorios a «inspirarse» en el maniquí de acuerdo entre PSC y ERC para fijar medidas que incrementen el autogobierno y la financiación de los servicios públicos, aunque siempre manteniendo el concepto de solidaridad.

En segundo sitio, reconoció la menester de un cambio del sistema de financiación, tal y como por ejemplo aprobó el Parlamento andaluz siendo ella consejera de Hacienda en 2018, para «recortar las diferencias entre las comunidades autónomas que reciben más financiación en relación con las población ajustadas » que superan los 800 euros.

El acuerdo entre PSC y ERC establece la configuración de un maniquí de financiación singular para Cataluña que incluya la administración, cuestación e inspección al 100% de los impuestos que hasta ahora están al 50%, así como el establecimiento de una tributo al Estado por la contribución a la financiación de los servicios estatales y otra cuota de solidaridad para el reparto entre las comunidades autónomas con menos cuestación fiscal en relación con su población y sus servicios públicos, como es Andalucía.

La vicepresidenta Montero se aferró en sus declaraciones en Rota la literalidad del acuerdo. No recoge la palabra «concierto» ni el compromiso de que Cataluña, la comunidad que más aporta en términos cuantitativos, salga del sistema genérico. Siquiera, defendió la ministra, compromete un cambio de financiación del maniquí contemporáneo. Pero sí marca una negociación sinalagmático del maniquí de financiación entre el Gobierno central y el Gobierno catalán, ahora presidido por Salvador Illa, y un sistema «singular» y por consiguiente diferenciado del resto de comunidades.

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