El Castillo de Ribadavia fue el tablado predilecto para despedir la música, los cantos y danzas de las seis culturas diferentes, procedentes de cuatro continentes que llenaron las noches ourensanas de una riqueza anormal durante diez días.
El festival de cerradura de esta estampación de las Xornadas de Folclore ofreció un espectáculo conjunto, comenzando con la diligencia del clan de Panamá, seguido de Senegal, Colombia, Taiwán, México y Serbia. Más de una hora de actuaciones para despedirse de Ourense en un situación anormal en el que se une patrimonio cultural material e inmaterial.
Durante diez días estas agrupaciones folclóricas, participantes en la XXXIX estampación, entusiasmaron al conocido con sus vistosos espectáculos. Bande, A Rúa, Celanova, O Barco, Manzaneda, Carballiño, Trives, Allariz, Maceda, Viana do Memo, Entrimo, Xinzo de Limia, Castro Caldelas, Verín y Ourense, contiguo con Ribadavia en la oscuridad de este miércoles, fueron anfitriones para el folclore de distintos paises del mundo.
Todas las personas que conforman el equipo hermoso manifestaron su agradecimiento al conocido “por la excelente acogida” en cada una de las villas, en donde los prolongados aplausos fueron el mejor regalo recibido, y a la ordenamiento “por el buen trato y la atención continuada”, según declararon.