Según informa la Xunta en un comunicado, esta piscina, uno de los tres que estaban operativos, ha visto desactivados los mecanismos de las olas por mantenimiento, y, según aseguran, no se debe a ningún problema que pueda afectar a los bañistas. El problema, según fuentes oficiales, radica en la pintura del cristal que proyecta las olas. La decisión de desactivarlo se toma para evitar que la pintura se astille de las paredes
Este problema no afectará a los bañistas y, cabe recordar, que tras la apertura de la misma esta segunda semana de agosto, la entrada de bañistas ha sido gratuita, y sólo requiere reserva previa. El complejo tiene un capacidad de 1.800 personas en el tres piscinas que están disponibles, la piscina de olas -ahora con ellas desactivadas-, una piscina infantil y una piscina de relajación.