El candidato del PP se dirigirá más a los ciudadanos que a los diputados: ofrecerá “pactos contra el chantaje”
Alberto Núñez Feijó, líder del PP y ganador de las elecciones del 23-J Con 8.091.082 votos acude este martes al Congreso, más que para pedir la confianza de la Cámara y ser investido presidente del Gobierno, con el propósito de lanzar una moción de censura en toda regla contra Pedro Sánchez y su intención de quedarse en la oficina. poder a toda costa, aunque haya perdido las elecciones en votos y escaños y el proyecto de ley para lograrlo pasa por sacudir los cimientos del Estado de Derecho, reventar las costuras del marco constitucional, modificar el plan del Tribunal Constitucional y del Supremo Corte y destruir el principio de que la ley es la misma para todos.
Éste es el altísimo precio de los votos que le faltan a Sánchez para asegurarse un nuevo mandato, largo o corto, en La Moncloa. El precio que está dispuesto a pagar y que hoy, ante la incertidumbre que vive el país, intentará exponer con crudeza negro sobre blanco, con todas sus aristas y sus múltiples contradicciones, al candidato del PP.
Feijó llega al debate animado por el clamor de las decenas de miles de personas que logró convocar el domingo en Madrid contra los planes cada vez más claros del líder socialista, pero en el Congreso, a diferencia de en la calle, se estrellará contra un muro. .
Feijó propondrá una alternativa pero no lo conseguirá. Y él y su partido lo saben, por eso lo que se decide esta semana es más que una investidura, es una censura a lo que ya ha hecho Sánchez y también, de forma preventiva, a todo lo que está por venir.
“Mayoría social”
Sin embargo, el solicitante popular No renuncies a desarrollar tu proyecto de futuro, lanzar propuestas, hacer anuncios. En definitiva, empezar a trazar un camino que tarde o temprano cree que le llevará hasta La Moncloa. Su discurso estará mucho más dirigido a los ciudadanos que a quienes ocupan los escaños del Congreso, convencidos como está, señalan en el PP, de que detrás de él hay una mayoría social que aborrece los chantajes independentistas y quiere pactos de Estado.
A Feijó le faltan cuatro votos para superar el listón, pero son imposibles de conseguir. Sánchez conseguirá, a base de concesiones indignas y que van más allá de los límites de la Carta Magna, en opinión del PP, de voces muy destacadas del PSOE y, según las encuestas, de la mayoría de los ciudadanos, aglutinar en su apoyo una amplia gama de fuerzas perdedoras, pero suficientes para mantenerlo en el poder.
En un virtual ejercicio de deglución de votos, el socialista defiende que todos los que no apoyaron a PP o Vox en realidad lo hicieron por él como líder de una fórmula que quiere tildar de progresista pero que no prosperaría sin el apoyo de partidos nacionalistas y supremacistas. de derechas (PNV y Junts).
Feijóo afronta así el dique que forman junto al PSOE (121 escaños); Sumar (31 escaños ahora y 500.000 votos menos que los conseguidos en 2019 por Poder, señora madrileña y Compromisos); ERC (siete diputados actualmente y 407.000 votos menos que en 2019); JxCat (siete diputados ahora y 134.741 votos menos) y PNV (cinco diputados en esta legislatura y 101.641 votos menos que hace cuatro años).
Las dos excepciones en esta lista son, además de los socialistas que lograron un millón de votos más frente a los tres millones que obtuvo el PP, el BNG, que incluso manteniendo un único escaño logró 32.730 votos más y EH Bildu, ahora con seis diputados. . y 56.843 votos más que en 2019.
Dos votos
Este conjunto de formaciones votaron en contra de la investidura de Feijó. 178 noes frente a 172 sí le cortarán las alas en la primera votación que tendrá lugar mañana miércoles, y en la que el candidato presidencial necesita obtener la mayoría absoluta (176 votos). El viernes, 48 horas después, habrá una segunda oportunidad, más fácil, en la que sólo necesitarás tener más votos a favor que en contra, pero que, a costa de una gran sorpresa, tampoco podrás superar. .
Feijó, con su propuesta por la igualdad de los españoles, contra la privilegiacion de unos territorios sobre otros, a favor de pactos entre los dos grandes partidos y sobre todo contra la impunidad -hay amnistía, disfrazada o no- de quienes agreden al Estado, no puede Esperamos encontrar apoyo entre aquellos que han construido sus proyectos políticos exactamente sobre enfoques opuestos.
Aún no está garantizado que buena parte de estas formaciones -independentistas y nacionalistas- den su apoyo a Sánchez. Dependerá de todo a lo que el candidato socialista esté dispuesto a renunciar, pero la contundencia con la que anticipa que volverá a ser él quien forme Gobierno da una pista sólida de que las concesiones llegarán y serán enormes. El primero, la amnistía de los prófugos y procesados por el proceso aunque sostienen que lo volverán a hacer y que su propósito sigue siendo desmembrar al Estado.
Ante ello, el candidato popular quemará un último cartucho apelando a la conciencia de los diputados socialistas, martillando con los argumentos que ya han puesto sobre la mesa quienes hasta ahora eran referentes históricos del PSOE –Felipe González, Alfonso Guerra y los nombres más destacados de la vieja guardia, pero será un desperdicio de pólvora. No habrá fisuras en un grupo que ya ha sido advertido de que la discrepancia se paga con la expulsión y con la sanción de transfuguismo. La investidura de Feijó fracasará pero el PP sostiene que habrá comenzado la censura contra Sánchez.