“Es una pérdida de tiempo, de dinero y peligroso para nuestra salud”, así califica el dermatólogo Raúl de Lucas la obsesión de niñas pequeñas por el ‘skincare’


‘El primer paso para destacar una cara perfecta es…’ Así lo anuncian muchas ‘influencers’ cuando publican en las redes sociales sus rutinas de ‘skincare’. Y, qué es esto, pues el cuidado que cada vez más personas le dan a su piel para mantenerla saludable. Esta honestidad personalizada para cada tipo de piel está asociada a las rutinas y productos que se utilizan para que luzca fresca y sin ninguna imperfección. Sin retención, un injusticia de este tipo de rutinas puede dañarla y conseguir el impacto contrario.

Gran parte de estos vídeos sobre la honestidad facial se publican en las redes sociales, donde miles de niñas de entre 12 y 17 primaveras, incluso más pequeñas, tienen una cuenta. En ellos ven los pasos que sus creadoras de contenido llevan a punta. Una rutina perfectamente imperfecta para las más jóvenes.

Las tiendas de cosméticos lo notan. Cada vez se ve a más menores comprando cremas antiarrugas, antiojeras y limpiadores faciales que a su vida, por el momento no necesitan.

Raúl de Lucas, dermatólogo y presidente de la sección de dermatología pediátrica del hospital La Paz de Madrid, afirma que “este tipo de modas, al beneficio del impacto físico y psíquico que puedan ocasionar, son absolutamente inútiles y sorprendentes”. Esto se debe a que, como continúa explicando, no van a resolver ningún problema y menos utilizando “5, 10 y hasta 20 productos”.

No obstante, De Lucas explica que hay que distinguir entre “el deseo de las niñas, sobre todo para maquillarse que forma parte de un serie y, por otro flanco, la cosmeticorexia“. Dos cosas distintas, pero que comparten sus riesgos propios.

En primer sitio, no es raro que desde pequeñas, las niñas —además algunos niños— reciban regalos de maquillajes adaptados a su vida, pero que poco que parece inofensivo, termina creándoles una “sensibilización alérgica a determinados productos”. Y en segundo sitio, esta “yuxtaposición que tienen a determinadas rutinas que no son, desde luego, apropiadas ni necesarias ni aconsejables ni saludables para la piel de un caprichoso pequeño”.

Cosmeticorexia, la nueva yuxtaposición de las más pequeñas

Esta nueva modalidad que se está llevando a punta por niñas de primaria implica “rutinas con limpiezas dobles y triples, exfoliaciones con productos que pueden dañar, no solo la piel, sino además las mucosas y los luceros“.

A estos productos, las menores pueden aceptar muy fácilmente, ya que cualquier establecimiento tiene este tipo de productos. “Está claro que, como médico, como dermatólogo y como dermatólogo pediátrico, es muy importante que los niños utilicen productos que primero sean seguros y adecuados para su tipo de piel”, añade.

De Lucas recuerda que todos los “productos de doble o triple honestidad, cosméticos, maquillajes con pigmentos no son adecuados”. Los motivos que da son porque “no hay mínimo que esconder, ya que estamos hablando de la infancia y de alguna forma puede acortar la propia infancia, alterar la imagen corporal, dar una imagen o un mensaje inadecuado —como puede ser la hipersexualización—”.

“El producto no es malo, el problema es la combinación de tantos productos”

Tener una buena higiene es fundamental, pero excederse de ella no. “El producto no es malo”, asegura el dermatólogo pediátrico, lo que es malo “es, sobre todo, la combinación de tantos productos”. Un problema que no solo afecta a los menores, sino además a adultos. Por otra parte, pensamos que con tener una buena cara, limpia y sin ninguna imperfección, lo tenemos todo solucionado, y no es así. Lo que tratamos de arreglar por un flanco, lo estropeamos por otro.

“Hay una corriente de cuidado desaforado de la piel y luego comemos porquerías. No hacemos una correcta comida, no nos protegemos del sol —que es el cuidado más importante que debemos hacer—, fuman de una forma precoz, no hacen gimnasia. Es proponer, los cuidados generales son importantes, pero interiormente de un estilo de vida saludable”, amplía en su explicación.

Una pérdida de tiempo, de metálico y peligroso para nuestra salubridad

Sin querer inquietar a la población, De Lucas quiere dejar claro que esta obsesión “no es necesaria, se está perdiendo tiempo y metálico a lo tonto y, encima, puede ser peligroso para la salubridad”.

La eterna pubescencia no existe

Este tipo de prácticas son dañinas para nuestra piel. Por otra parte, el problema principal que tenemos es que creemos que la piel lo resiste todo. “La piel es un víscera muy importante para el resto del organismo y necesita sus cuidados”, comenta el dermatólogo. Sin retención, aunque “por fortuna está diseñada para aguantarlo prácticamente todo, tiene un coto”. Por lo tanto, si en vez de cuidarla de una forma sana, “la agredimos, sobre todo a edades tempranas, posiblemente vamos a estar preparando la piel para posibles enfermedades inflamatorias”.

Asimismo, los problemas “desde el punto de panorámica dermatológico” además se comenzarán a dar, como son la irritación y la sensibilización a determinados productos. Asegura que se está dando “un mensaje infundado a estos niños, porque ni van a envejecer menos ni más despacio ni mínimo”. De Lucas recalca que “estamos dando un impostor mensaje de perdurar la pubescencia”.

Esta es la rutina infalible para tener una cara ‘perfecta’

Ya lo dice De Lucas, una piel sana “necesita muy poquita cosa”:

  • Higiene: hay productos que no tienen zalamería, los llamados ‘Syndet’, con un PH adecuado para el tipo de piel de cada persona
  • Fotoprotector

En el caso de que haya una patología, “piel sequía, piel sensible, pieles atópicas, lesiones de acné. El pediatra o los dermatólogos vamos a aconsejar el tipo de producto adecuado para corregir tu patología y además para cuidar la piel en el caso de que tengas este tipo de condiciones”.

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José Antonio López, virólogo

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