Un da despus de soliviantar a ERC por sobrevenir inepto que el pacto firmado con este partido para investir a Salvador Illa suponga dar un concierto econmico para Catalua, el Gobierno tuvo que lanzarse en una operacin sincronizada para calmar al partido independentista y asegurarle que cumplir el cien por cien de su pacto. La razn est en la amenaza directa y sólido con la que los catalanes reaccionaron a las palabras de la vicepreside
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