«Lo que importa es que quieran trabajar»


A pesar de la atención mediática que recae desde hace días en Mondariz-Baños -el municipio más pequeño de Galicia y aún más, de toda España, en términos de extensión territorial- se respira tranquilidad. La aparición de 180 refugiados esta semana, la mayoría procedentes de Mali, no ha supuesto una inquietud en el funcionamiento del baños, que recibe a numerosos turistas y grupos que acuden a inspeccionar el extensión, ya sean adultos o niños acompañados de sus monitores de los campamentos de verano.

Aunque no dejar de ser mono, ya que la incorporación de estos nuevos habitantes supone un aumento del 25,6 por ciento de la población total anejo a los 703 vecinos que hay empadronados en este pequeño pueblo pontevedrés, según los datos del final censo del Instituto Franquista de Estadística (INE). Una situación que genera cierto desconfianza entre algunos de los habitantes de Mondariz-Baños, aunque todavía comprensión y optimismo. En principio, permanecerán en las instalaciones hasta el próximo mes de diciembre, cuando se demora que finalicen los trámites para tipificar su situación en España y puedan incorporase al mercado sindical.

Los refugiados, la mayoría de ellos jóvenes, se distribuyen a lo espléndido del perímetro. Algunos optan por acercarse a las poblaciones cercanas, como Ponteareas o el propio pueblo de Mondariz-Baños, a escasos metros del centro apoderado para su acogida, pero la mayoría pasa el día en el propio perímetro del baños. Muchos de ellos hablan por teléfono con sus familiares, de los que tuvieron que separarse tras entregarse Mali, lanzándose a la mar en cayucos y demás embarcaciones no preparadas para la centena de kilómetros de travesía que separan la costa de África Occidental de las Islas Canarias. Solo en lo que va de año, rodeando de 708 personas han muerto o permanecen en paradero desconocido tras su intento de montar a España vía el archipiélago canario, de acuerdo con los datos del Plan Migrantes Desaparecidos de la Ordenamiento Internacional para las Migraciones (OIM), actualizados a 19 de agosto de este año.

No es la primera vez

El corregidor del municipio, César Gil, señala que desde el ‘concello’ cuentan con «toda la ayuda y colaboración» para la gobierno aunque corresponde a la delegación del Gobierno, encargada de proporcionar alojamiento y cooperación a los refugiados, asumiendo los costes y la selección de la ONG Accem para acompañarlos en todo momento. «Estamos dispuestos a ayudar con lo que haga descuido, pero lo que nos transmiten es que llegan con todo cubierto y tramitado», añade el corregidor,

En la misma trayecto se pronuncia Roberto Acevedo, director del difícil Cemar, que acoge a este peña de inmigrantes, por otra parte de los grupos de niños y adultos que acuden al baños, un anuncio turístico año tras año en la temporada veraniego. Para Acevedo «no es casualidad» que la delegación de Gobierno haya escogido este entorno para dar cooperación a los inmigrantes, ya que cuentan con experiencia previa. Desde el 18 de marzo de 2022 se convirtieron en punto de acogida para situaciones de crisis humanitaria y ya prestaron cooperación a los ucranianos que escaparon de su país hace dos abriles tras el inicio de la invasión rusa.

Tanto en el caso de los ucranianos como en el de los malienses, asegura, «la normalidad es total», ya que las condiciones de convivencia se están cumpliendo y los africanos son «un peña más». El director de Cemar señala todavía el interés de los jóvenes por el deporte, que se puede apreciar en sus paseos de varios kilómetros y el uso del recinto en las instalaciones, muy demandado por los refugiados. «Cuando llegaron, lo primero que pidieron no fue comida, sino un balón para poder retozar entre ellos», relata Acevedo.

Una número «desproporcionada»

El centro del pueblo de Mondariz-Baños está a escaso medio kilómetro del baños. Al ser preguntados por torrevieja news today, algunos de los vecinos, asomados a la calle desde su puerta o edén, comparten su desconfianza frente a la aparición de estos refugiados africanos. «A mí me parece una cantidad desproporcionada, más allá de dónde vengan», indica un vecino que prefiere mantenerse en el anonimato. «De momento no molestan. Pasean por aquí, van a lo suyo, pero no incordian. De momento», incide otro hombre que se asoma desde su vivienda. Otros prefieren «no opinar» sobre el asunto. Pero todavía hay muchas voces optimistas que reconocen en esta aparición de población adolescente una oportunidad para revitalizar Galicia.

Saturación por las llegadas a Canarias

La aparición de inmigrantes récord en las Islas Canarias ha provocado una situación de colapso en la capacidad de respuesta del archipiélago, por lo que se están distribuyendo entre las comunidades autónomas.

Más de 700 muertos en lo que va de año

La cantidad de personas muertas intentando alcanzar las Islas Canarias desde África Occidental se sitúa en 706 en lo que va de año. La número supera los 5.000 si se tienen en cuenta las rutas migratorias que parten de África.

Regularización para conseguir empleo

Los refugiados deben obtener el derecho al inclusa y protección internacional, que puede dilatarse varios meses, para poder optar a un empleo y obtener la documentación que les permita regularizar su situación.

En el bar de Lourdes, situado en el centro del pueblo, la división de opiniones se hace salvoconducto. El camarero indica que nadie de los inmigrantes ha entrado todavía en el establecimiento. Solo les han pasado producirse por la calle: «No molestan, parecen buenos chicos», dice. Sin incautación, José Antonio, vecino diestro del pueblo y con muchos abriles de mar a sus espaldas, duda sobre la reinserción de los inmigrantes, de si «en realidad vienen aquí a trabajar», a la vez que deja claro que él «no es racista» y que ha tenido ocasión de inspeccionar algunos de los países de los que proceden los chicos. En otra mesa, otro vecino más adolescente realiza ciertos aspavientos y contiene su risa, mostrando su disconformidad con las palabras de su vecino. «Le has preguntado a la persona más indicada», señala con ironía.

Por su parte, el dueño del pub-restaurante Yago´s, Rafael, opina que la situación es de «normalidad», aunque reconoce que hay vecinos escépticos por la aparición, de la que se enteraron de un día a otro. Cuenta que ya trabajó muchos abriles en hostelería en Fuerteventura, donde tenía a su cargo trabajadores de «35 nacionalidades» y nunca ha hecho distinciones en cuanto a «sexo, religión o etnia» porque «lo que importa es que quieran trabajar»,

«Los gallegos fuimos en su día a Alemania a trabajar, aunque a algunos les falle la memoria», lamenta un vecino

«¿Qué mundo queremos? ¿Uno excluyente harto de guerras internas?» pregunta Rafael. Él lo tiene claro y por ello, prefiere desarrollar la aparición de los casi 200 malienses como una oportunidad frente a la descuido de trabajadores en sectores el de la hostelería. «Incluso nosotros, los gallegos, fuimos en su día a Alemania, Suiza y a todas partes a trabajar. Lo que pasa es que la memoria, a algunos, le defecto», lamenta. La única barrera es el idioma, poco que impide a los vecinos poder conversar con ellos y entender que su presente no se diferencia mucho del pasado de una tierra ligada profundamente a la migración como lo es Galicia.

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