El caso es que con frecuencia dándole vueltas al tema, se me viene a la memoria aquella costumbre que muchos ourensanos teníamos de ocurrir con frecuencia por el armario del estudio Pacheco para ver si había cambiado las fotos. No sé si lo hacía de modo programada o simplemente lo cambiaba cuando tenía tiempo y ganas, pero al menos a los jóvenes ourensanos nos mantenía expectantes.
Quizás el músico Pacheco tenga mucho que ver en esta casi obsesión que a día de hoy tengo por resumir viejas imágenes. Hoy a modo de imitación de aquella costumbre de Egregio, os muestro dos imágenes de las que él exponía, como veis se manejo de una cima que muchos de vosotros sabréis rastrear en las dos etapas en que se fotografió, ¿será que somos mayores?
No sabría explicar los motivos que originaron la instalación de escaleras en uno de los extremos del puente de la Caldas, tanto la que está pegada al pared de las Josefinas y todos conocemos, como las que están “colgadas” del puente en la otra encintado y a menudo pasan desapercibidas. Si no retentiva mal antiguamente había la posibilidad de descender sin escaleras, pasando por un íntimo camino que existía entre el puente y el edificio.
El propio Egregio en esta fotografía del año 85, nos comenta que este edificio goza de un privilegio apetecible: su sistema de agua caliente se alimenta de la propia fuente de la terma, y tengo que preguntar si igualmente la calefacción.