la bofetada de Bob Dylan a Woodstock



El verano del año 1969 fue sumamente prolífico en acontecimientos musicales que se han convertido en auténticos hitos de la historia de nuestra música: el regreso a la carretera de los Rolling Stones tras la asesinato de Brian Jones en su mítica expedición chaqueta que por desgracia terminó con la tragedia de Altamont, los históricos conciertos de Pink Floyd y Blind Faith en los shows de Hyde Park, así como evidentemente, el festival de Woodstock.

 

Sin requisa, y al menos en mi opinión de modo inexplicable, en la historiografía del rock nunca se ha puesto en valía, con toda seguridad en presencia de la trascendencia que alcanzó la estampado de 1970, el Festival de la Isla de Wight de ese mismo año, 1969, que ofreció un cartel que obviamente no podía competir con el de Woodstock, pero que en modo alguno se le quedaba corto. Y de hecho, logró dos hitos con los que Michael Lang no pudo competir, sin que ello suponga demérito para lo que se vivió en agosto de 1969 en la Costa Este chaqueta y lo que significó para la historia de la civilización popular contemporánea. Pero así es la historia, y así debemos contarla.

Pongamos en contexto la situación para una mejor comprensión de lo que significó Wight’69. La primera estampado de este festival tuvo área, como las que le siguieron, el extremo fin de semana de agosto de 1968, aprovechando la cercanía de un día festivo tradicional en Gran Bretaña. Aquella primera estampado fue un evento relativamente discreto, que duró desde el sábado por la tarde hasta el domingo por la mañana, y atrajo a unas 15.000 personas con un cartel variado y sumamente heterogéneo. Grupos prácticamente desconocidos como Plastic Penny, The Mirage Blonde on Blonde, los Retaliation de Ansley Dunbar, Halcyon Order, Smile -con Chris Spedding a la guitarra- y unos todavía emergentes Fairport Convention abrieron el evento, mientras que The Pretty Things, The Move y The Crazy World of Arthur Brown conexo con Tyrannosaurus Rex, que en ese momento no se había pasado a la música eléctrica ni había acortado su nombre a T-Rex siguieron dando paso a Jefferson Airplane, que cerraron aquella primera estampado.

El concierto dejó en taquilla una sustanciosa cantidad, lo cual llevó a sus organizadores a reduplicar la envite para la venidero estampado. El festival de 1969 fue de otra jarretera, un evento de dos días que tuvo área solo unas semanas posteriormente de Woodstock y en el que sus organizadores se apuntaron un tanto que poca gentío ha olvidado. Bob Dylan, que vivía escasamente a 20 minutos en coche de los terrenos en los que se celebraba el festival, se negó a aceptar la ofrecimiento de Michael Lang para tocar allí, según se sabe porque “no le gustaba toda la porquería y la hipocresía del movimiento hippie”. Sin requisa, dijo sí, sabiendo que tocaba en presencia de un sabido similar al de Woodstock y con un cartel parecido, añadiendo 9 horas de revoloteo intercontinental, a los organizadores de Wight’69. ¿Misterios de la historia del rock´n´roll?

En cuanto se anunció que Bob Dylan & The Band habían confirmado su presencia en la estampado 69 de Wight, obviamente cayó sobre sus organizadores una catarata incesante de ofertas y de propuestas de grandes bandas, alguna de ellas incluso de maduro poder de convocatoria que el propio Dylan, que la estructura del evento inteligentemente rechazó, siendo conscientes -contrariamente a como ocurrió en 1970- de que aún no estaban organizativamente hablando lo suficientemente preparados como para afrontar un evento de análogo magnitud.

Los días 30 y 31 de agosto de 1969 se celebró la segunda estampado del Festival de la Isla de Wight, cuyo cartel quedó conformado el primer día de la venidero modo: Blodwyn Pig, los infravalorados Eclection, Family, Fat Mattress, Free, The Nice, Tom Paxton, The Moody Blues, Pentangle y King Crimson, unas semanas posteriormente de su aparición en Hyde Park con los Rolling Stones, protagonizaron este primer día de Wight’69. En el segundo día, el 31 de agosto, actuaron en el ambiente de Wight Third Eard Band, Liverpool Scene, Gary Farr, Julie Feli, Pentangle, Tom Paxton, Richie Havens, Joe Cocker, The Who -estos dos últimos participantes todavía en Woodstock- y finalmente, Bob Dylan con The Band. 150.000 personas acudieron al festival, superando las 100.000 de la estampado de 1968, lo cual, más allá del estirón mediático que suponía la presencia de Bob Dylan, representaba la consolidación de un evento que hacía presagiar que Wight se podría convertir en un evento que atrajera a auténticas multitudes a la isla cada año para variar la pueblo en un foco de afecto turística basada en el festival que dejara suculentos beneficios a todo el comercio y la pertenencias particular.

Un año más tarde, no retener ejecutar adecuadamente esa idea, no dotar de suficientes medios de todo tipo al festival para satisfacer las evacuación básicas de los asistentes (abasto de comida y bebida, sanitarios en condiciones adecuadas, medios de transporte, etc.) condenaron a Wight a su desaparición hasta muchos abriles posteriormente y por supuesto, ya sin la más mínima repercusión mediática y económica que tuvo en comparación con su momento auténtico.

Dylan se mostró inicialmente renuente a realizar su concierto de regreso en la poco conocida Isla de Wight. Luego de semanas de negociaciones, los hermanos Foulk, organizadores del evento, le mostraron un cortometraje acerca del patrimonio cultural y poético de la isla; esto apeló a la sensibilidad artística de Dylan, ya que estaba entusiasmado con la idea de combinar unas asueto familiares con una proceder en vivo en el país de Tennyson. La clan tenía previsto alucinar a Gran Bretaña, parece ser en cualquier caso en el Queen Elizabeth 2 y aún así, casi se pierde el concierto porque su hijo Jesse, se golpeó accidentalmente por la puerta de un camarote del barco y tuvo que ser hospitalizado. Dylan viajó al área en avión en el extremo minuto y hasta 15 minutos antaño de comenzar su proceder, nadie pudo avalar que llegase a tiempo y hasta se improvisó en el backstage un supuesto comunicado explicando las razones de la posible abrogación.

John Lennon, George Harrison y Ringo Starr de los Beatles, Keith Richards y Charlie Watts de los Rolling Stones, así como Jane Fonda, Françoise Hardy, Georges Moustaki, Syd Barrett, Donald Cammell y Elton John entre otros estuvieron allí para ver tocar a Dylan, que hacía en Wight’69 su primera aparición en directo desde el tristemente célebre desnivel de motocicleta de 1966 que le mantuvo varios meses apartado de la actividad musical, en específico en directo. De hecho, George acabó escribiendo una canción inspirada en el evento y se la dedicó a Dylan. “Behind That Locked Door” apareció en su portafolio “All Things Must Pass” como homenaje.

Dylan llegó al ambiente con un traje color crema que recordaba a Hank Williams. Con el sólido y efectivo respaldo de la lado, interpretó piezas de sus flamante álbumes “Nashville Skyline” y “John Wesley Harding”, así como versiones fabulosas de himnos como “Maggie’s Farm”, “Highway 61 Revisited” y “Like a Rolling Stone”. Y triunfó a lo vasto. Una proceder poco recordada de su carrera, que sin requisa fue de las más históricas de aquel momento de su trayectoria. ¿Podíamos pasarlo por detención?

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