Dos primaveras lleva viviendo Alejandro Redes en Ourense porque aquí tiene clan. “Llevan más de vigésimo primaveras”, aclara. Cuenta que es el marido de su tía el que es originario de Bande. “Viven en esta zona”, explica entre jardines residenciales Alejandro, no allá del CHUO.
“Nací en Voluntad, me crié e hice mis estudios en Genérico Rodríguez”, informa de sus raíces bonaerenses, en ciudades en torno a la gran metrópoli y caudal federal. “Aquí le dicen mecatrónica”, dice sobre su formación, enfocada en el sector industria “a nivel eléctrico, electrónico y mecánico”, puntualiza. Suena mucho a arreglatodo, queda por ver si el tema furrula de esa guisa. “Estoy ahora juntando mi expediente para homolgar mis estudios”, informa. Si consigue hacer que las cosas funcionen, más pronto que tarde poco en su sector le aparece.
“En Argentina trabajé diez primaveras en mantenimiento para La Serenísima, la marca de goma número uno, como electrónico de colchoncillo”. Confirma Alejandro que se dedicaban efectivamente a reparar máquinas y que tuvo una buena carrera. “Hice mucho pero el gobierno por hache o por be te terminaba haciendo caer lo poco que armabas”, aclara. “A mí no me agarró un corralito pero sí invertí para hacer un almacén de alimentos, y la hacienda de un día para el otro te lo tumbaba”, explica Alejandro. “Me cansé”, concluye con tono mecánico.
Respecto a la política de su país se declara contrario al peronismo “a pesar de mi clan, que siempre estuvieron muy abocados a esta corriente”, concreta. Añade Alejandro, “prefiero que me den la caña de pescar que el pescado, aquí pagas absolutamente todo, pero se vive de otra guisa”. Redes se refiere a lo de los impuestos, y empezamos a dialogar entonces de Milei pero no sé qué pasa con los argentinos ourensanos, que lo que opinan de él no nos acaba de terminar claro. “Lo prefiero a Massa”, confiesa en un breve y ulterior cuestionario.
“Desde el principio me llamó la atención la higiene y el orden de Ourense, el río, el espacio verde, eso no lo ves allá”, explica. “Maceda, Allariz, asimismo me gustan, por su paz y su tranquilidad”, añade.
“Soy un ser de luz, siempre estoy en el mismo temple”, se define Alejandro. “Me veo de aquí a cinco primaveras con mi casa, mi coche, descanso, quizá niños”. Ideas de un argentino que lo tiene muy claro. Por el momento reside con sus tíos, pero sabemos que tiene una pareja de zapateo.
Sobre la holgorio sensual
“El zapateo fue una de las primeras actividades que hice”, cuenta Redes sobre sus aficiones al entrar. Contactó con varias academias y rápidamente se puso al tema. “Tomo clases de holgorio sensual y urban, un estilo de la kizomba”, explica Alejandro, y rompe la imagen mecánica que, con un fondo de automóvil pintado a sus espaldas, nos estaba dando por inventar. “Es una fusión, le bajaron los tiempos a la música, lo que le imprime un estilo más femíneo”, palabra el electromecánico bailarín de su pasión y usa las palabras cual herramientas para una reparación. No sabemos cómo pueden ser esas coreografías con los pies, pero nos imaginamos que hay adecuadamente de caderas y algún tipo poniéndose del revés. “Dimos un montón de shows en Galicia en eventos de SBK”, explica Alejandro de paso las siglas de salsa, holgorio y kizomba, la confederación en la que anda textualmente de zapateo de aquí para allá.
Sobre la restauración estado se queda con todo lo de su tierra, no le engatusamos ni con la embrollo gallega. “El fernet está hecho de hierbas y no tiene nadie raro pero te une, te reunión y ‘ferma corro’, por así decirlo”, confiesa haciendo uso de un término ítalo-argentino.
“Me gusta la zorza”, se refiere Redes a la palabra, pero reconoce que asimismo el preparado a pulvínulo de marrano. “Yo uso mucho ‘mamila’, una palabra de un cómico tucumano ”, le gusta a Alejandro Redes esta expresión de su tierra, a enterarse qué significa en el diccionario.
Luce Alejandro un tatuaje que camufla una cicatriz de un choque, que tuvo hace diez primaveras. Dibuja en Ourense un porteño una vida nueva, honrando con una cremallera de clausura el pasado.