El Concello de Carballiño tiene en marcha el expediente relativo a un nuevo concurso para atribuir los trabajos correspondientes a la última grado del Museo do Papel de Galicia. El corregidor, Francisco Fumega, calcula que en el plazo de un mes deberá estar adjudicado este esquema que atañe a la parte foráneo del edificio en cuyo interior ya culminó la musealización una empresa valenciana dotándolo de contenido.
Mientras que la intervención en el interior supuso un coste que rondó los 180.000 euros, la inversión en el foráneo se estima en 160.000 euros. Se negociación, en esta última conducta previa a la tolerancia del museo, de la reconstrucción de toda la maquinaria e infraestructura, incluyendo el envejecido molino y los mazos que se mueven con fuerza hidráulica por el agua que circula por el canal. El trapo se mazaba en las pías de piedra para convertirlo en pasta de papel.
Todo ese proceso para la elaboración del papel se recuperará con el fin de integrarlo en la exposición permanente del museo, de tal modo que los visitantes puedan observar desde el principio cada uno de los pasos en la fabricación.
Este entorno es de difícil golpe e incluso con detención peligro de caídas, aunque con un espectacular impacto visual por las ruinas del edificio de los trapos, las pozas de lavado, el pudridero o el conducto por el que aún circula el agua captada en la antigua presa y que vuelve al río.
Pasarela
Por ello, está prevista la ejecución de una pasarela de madera a lo amplio de los perpiaños de piedra reconstruidos que están paralelos al conducto. Por otra parte, se instalarán los correspondientes paneles explicativos de los procesos que allí se realizaban.
Aunque el interior del edificio de la antigua industria A Lavandeira, rehabilitado por el arquitecto Gallego Jorreto, ya está completamente dotado de contenido y pronto para su tolerancia al conocido, los responsables municipales prefieren esperar a la ejecución de esta última grado en el foráneo para mostrar cada una de las acciones que se seguían para la elaboración del papel en el siglo XIX, según confirmaba Francisco Fumega.
Con esta última grado culminará un amplio y difícil proceso de varios primaveras para la creación del museo.
La musealización interior del edificio
Al edificio rehabilitado por Gallego Jorreto se añadió uno anexo destinado a la recibimiento. En el semisótano de la antigua industria se reprodujo la sala de las tinas en donde los obreros elaboraban el papel, la prensa de compactar y el secado. En la planta desprecio se ubica la zona de encolado en donde irán las hojas de papel que recibirán tinta para hacerlas más impermeables, zona de bruñido y de clasificación y preparación para el mercado. La primera planta está dedicada a la reproducción de la zona de secado del papel y a la exhibición de documentos históricos como boletines oficiales, libros parroquiales y papel innovador de la misma industria, adicionalmente de información de los personajes relacionados con A Lavandeira, incluyendo de sus propietarios. Por otra parte, se destaca entre todos ellos a las mujeres trabajadoras. El visitante dispondrá de auriculares a través de los que accederá a información en Inglés, francés, gallego y castellano. Finalmente, en la última planta se habilitó un público para 50 personas, medios audiovisuales e informáticos y un mirador sobre el resto del conjunto de la industria, instalada a orillas del río Arenteiro. Una vez abrigo al conocido, el Museo do Papel de Galicia se convertirá en un atractivo más en el interior del Parque Etnográfico.