La luz del historiador valdeorrés Antonio Castro Voces se apagó a principios de año tras muchos abriles de lucha, pero su figura perdurará para la gloria. Ya no solo por las obras que hizo en vida, sino por el cariño que le brindaron sus vecinos este fin de semana en su Quereño nativo. La asociación municipal Aluveire, que él mismo fundó, decidió pegado al Concello de Rubiá ponerle su nombre a la casa de la civilización del pueblo. La propia edificación fue impulsada por el historiador, que en sus obras asimismo palabra del pasado de la pueblo.
El evento comenzó al son de las gaitas de Aluveire, acto seguido el investigador Isidro García Tato y el presidente del Instituto de Estudios Valdeorreses (IEV), Aurelio Blanco Trincado, recordaron tanto sus relaciones de amistad con Antonio Castro Voces como su figura. Junto a rememorar que recientemente desde el IEV lo nombraban como Valdeorrés Ilustre. El instituto valdeorrés se comprometió a editar en un futuro cercano la obra póstUma de Castro Voces “Valdeorras pueblo a pueblo”. Además se mostraron diferentes vídeos del homenajeado.
Además hubo espacio para que la presidenta de la asociación Aluveire, Alma Rodríguez, tomase la palabra compartiendo diferentes momentos vividos al costado de Antonio Castro Voces. En los últimos días las redes sociales asimismo se llenaron de momentos de memorias para el historiador, que, pese a quedarse en una situación complicada desde muy tierno nunca se rindió.
El final del acto consistió en el descubrimiento de una placa que fue bendecida por el prelado de la Diócesis de Astorga, Monseñor Jesús Fernández y una pequeña degustación para todos los asistentes. Al evento asistieron los concejales de Rubiá Ignacio Doce y Raquel Méndez, así como el corregidor de la pueblo aledaña de Puente de Domingo Flórez (Héroe), Julio Arias Escuredo.