Scholz propone deportar a criminales a países como Siria o Afganistán tras el asesinato de un policía en Alemania


El canciller germánico, Olaf Scholz, ha anunciado una propuesta que ha generado un intenso debate en Alemania: la deportación de refugiados y solicitantes de orfelinato que cometan delitos graves, incluso a países considerados inseguros, como Siria o Afganistán. Esta iniciativa surge posteriormente el fresco homicidio de un policía en la ciudad de Mannheim a manos de un fresco afgano, un hecho que ha conmocionado al país y que ha reavivado las discusiones sobre la política migratoria.

El asaltante, que llegó a Alemania en 2013 cuando era aún un adolescente, había solicitado orfelinato, pero su solicitud fue denegada en 2014. A pesar de la negativa, no fue deportado correcto a la situación en su país de origen y su nubilidad. Desde entonces, ha permanecido en Alemania en una situación de tolerancia, un status que comparten decenas de miles de personas en el país.

Scholz avala desde su “indignación”

Scholz, visiblemente afectado por el incidente, expresó en el Bundestag su indignación frente a el hecho de que algún que búsqueda protección en Alemania pueda cometer un crimen tan atroz. “Estos delincuentes deben ser deportados, aunque provengan de Siria o Afganistán”, afirmó el canciller, unas palabras que señalan que los intereses de seguridad de Alemania deben prevalecer sobre la protección individual en casos de delitos graves. Adicionalmente, adelantó que el Empleo del Interior ya está trabajando en medidas para entregar estas deportaciones, incluso explorando la posibilidad de negociar con los países vecinos de Afganistán para que acepten a los deportados.

Sin secuestro, esta propuesta ha antitético resistor en el interior del propio gobierno de coalición, especialmente por parte de Los Verdes. Britta Haßelmann, líder del camarilla parlamentario de este partido, argumentó que deportar a personas a países no seguros no solo violaría los compromisos humanitarios de Alemania, sino que encima sería una medida ineficaz para combatir el fanatismo islámico. “¿Cómo se supone que vamos a sufrir a parte estas deportaciones? ¿Vamos a negociar con los talibanes?”, cuestionó Haßelmann.

Así avala la competición

El líder de la competición, Friedrich Merz, presidente de la Unión Cristianodemócrata (CDU), aprovechó la oportunidad para murmurar la papeleo del gobierno, y recordó que Alemania destina unos 400 millones de euros en ayudas a Afganistán. Según Merz, este apoyo financiero demuestra que ya existen vías de comunicación con el país oriental, lo que podría entregar las deportaciones.

Merz además utilizó su intervención para murmurar la nueva ley de naturalización que promueve el gobierno, y argumentó que entregar la producción de la procedencia alemana tras solo cinco abriles de residencia no fomenta la integración, sino que podría tener el objeto contrario.

El compromiso de Scholz

En su discurso, Scholz además se comprometió a deshumanizar las penas para quienes ataquen a policías y a los servicios de emergencia, por lo que afirmó que quienes agreden a aquellos que están para proteger y auxiliar vidas se deben enemistar todo el peso de la ley. Esta propuesta búsqueda proteger no solo a las fuerzas del orden, sino además a los políticos que han sido blanco de ataques en los últimos meses.

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Agentes de la Policía alemana

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