La Tomatina de Buñol llega este 28 de agosto a su 77 publicación. Una carcasa a las doce del mediodía dará inicio a la ‘batalla’ que tiñe de rojo las calles del centro de la pueblo valenciana durante una hora.
Como cada postrer miércoles de agosto, más de 20.000 personas de distintas partes del mundo se congregarán en el repaso habitual para lanzarse 120.000 kilos de tomates, no aptos para el consumo, en una fiesta declarada de Interés Turístico Internacional que data de 1945.
Se recomienda a los participantes, mayores de 16 primaveras, que lleguen con dos horas de prelación y sigan las normas: no se permiten ni mochilas ni cámaras. Por otra parte, se aconseja aplastar los tomates antaño de lanzarlos para que el moretón sea menos elocuente.
A las merienda de la mañana, los más atrevidos podrán optar a hacerse con un pierna en la popular cucaña del ‘palo zalamería’, un poste engrasado para que sea difícil trepar hasta el premio.
Llegada en transporte conocido
Aunque el municipio tiene un buen ataque por carretera desde la A-3, el transporte conocido se erige como la mejor opción para desplazarse hasta Buñol en una trayecto con restricciones a la circulación y al estacionamiento en el casco urbano.
De hecho, la población cuenta con una temporada de tren que pertenece a la tilde C-3 de Cercanías del núcleo de Valencia y que conecta la renta del Turia con Buñol en poco más de una hora. Los mejores trenes para entrar a tiempo a la Tomatina desde la Etapa del Finalidad (València Nord) son los programados a las 5:50h, 6:24h, 7:15h, 8:19h, 8:51h y 10:19h.