los okupas abandonan los 12 pisos usurpados


Noches sin echarse, miedo entre sus paredes e incertidumbre en la muerte. Es la situación que han vivido los inquilinos del morería de El Cañaveral durante una semana. Hoy podrán respirar con tranquilidad. Tras la presión municipal, la propietaria del inmueble contrató a una empresa de ‘desalojos exprés’. Tras horas de negociación, los primeros 8 pisos fueron desalojados este lunes por la indeterminación y, 24 horas a posteriori, ya se han libertino las 12 viviendas okupadas en el número 15 de la avenida de Miguel Delibes.

Aprovechando la marcha de muchos moradores por las descanso, decenas de individuos consiguieron hacerse con algunas de las viviendas vacías de este edificio recién estrenado y destinado al inquilinato. Estas nuevas casas contaban con un sistema de control de tarjetas, que permitía entrar al portal, a una segunda puerta y, por postrer, a cada uno de sus pisos. Uno de los vecinos a su reverso a casa tras el refrigerio veraniego, se percató de que había una nueva cerradura en su puerta. Habían intentado okupar su casa. Esta pretensión fue una ingenuidad en 12 de las viviendas vacías de ese mismo edificio y contra las que llevan luchando los vecinos una semana.

En torno a las 15.00 horas de este lunes, la furgoneta de la empresa especializada en desalojos aparcó en el morería. Ese fue el principio el final. Muchos curiosos decidieron descabalgar con pancartas para profesar presión.

A las 19.00 horas, confirmaban a torrevieja news today que se habían libertino siete de los pisos. El primer día se saldaba con el desalojo de 8 de las viviendas okupadas, quedando cuatro a gastos de un duro trabajo de martes.

En torno a las 15.00 horas, una de las viviendas que faltaban quedaron vacías de okupas. Otra de ella pasó parte de la tarde de mudanza. Solo un par resistía.

Tras un duro trabajo durante la tarde, en torno a las 18.00 horas, la empresa de desokupación informaba a torrevieja news today: «Solo queda que el par de viviendas haga las mudanzas pertinentes. Entre esta tarde y mañana por la mañana estarán fuera». Así, las familias okupas que faltaban ya han accedido a confiarse el inmueble. Por limitaciones de transporte, una de ellas lo hará a lo amplio de esta tarde; y la otra mañana por la mañana. Así, 10 de las viviendas están completamente vacías, a esperas de estas dos, que están con trabajos de recogida. Mañana las 12 casas deberían estar vacías.

Pese a la tensión de estos días, las desokupación de las 12 viviendas ha sucedido sin altercados. Solo ha habido que reseñar una pelea en el rellano de esta colonia. Agentes municipales detuvieron el pasado viernes a uno de los vecinos tras amenazar a una okupa. La mujer se encontraba con su hijo en este espacio global cuando el hombre la increpó.

Por otra parte, dos de los vecinos del monolito han sufrido daños en sus coche. Los okupas, antaño de marcharse, han pinchado una rueda a dos vehículos diferentes.

La unión municipal contra la okupación

La situación avivó la requisito municipal de unirse para batallar contra la okupación y recuperar la tranquilidad en sus vidas. Así, decidieron comenzar a guardar la zona con el objetivo de evitar que fuesen usurpados más pisos y organizar sus siguientes movimientos. De esta modo, comenzaron a convocar protestas frente a la entrada de esta colonia. El objetivo se ha terminado consiguiendo: expulsar a las decenas de personas que han okupado el monolito.

Pese a esto, los vecinos tiene claro quién es el culpable de la situación: la delegación de la Propiedad. En un comunicado que han mandado a la compañía exigen «la implementación urgente de medidas que mejoren y garanticen la seguridad y el bienestar de todos los residentes dada la situación de inseguridad» que están «viviendo tras la ocupación masiva de viviendas en el edificio».

De esta modo, han desarrollado una tira con 12 medidas que consideran «necesarias de implementar lo antaño posible». La contratación de un servicio de vigilancia 24 horas al día, 7 días a la semana, de forma permanente; la implementación de una zancadilla metálica para el uso del montacargas; y la colocación de cámaras de vigilancia en todos los accesos al edificio, estacionamiento y trasteros son algunas de las exigencias que piden los aledaños para morar en una tranquilidad.

Por otra parte, se solicita «el reembolso o descuento en el precio del inquilinato del costo de la instalación y la primera mensualidad del servicio de señal para aquellos inquilinos que lo contrataron inmediatamente frente a la situación de inseguridad que se vivía en la comunidad y previo a la propuesta realizada por la propiedad».

Hasta el momento, la delegación no ha llevado a punta ninguna de las demandas de los residentes. No obstante, en un correo electrónico, aseguran que va a «estudiar las mejores posibilidades para avalar la seguridad y estabilidad del edificio y de los vecinos».

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