Las emisiones del transporte aumentan en toda la Comunidad


La descarbonización del transporte es la influencia climática más prioritaria en Galicia, siendo el principal emisor de gases de impacto invernadero. De hecho, este sector fue el único en el que subieron las emisiones en todas las provincias en 2022, tal y como lo constata el referencia ‘Las emisiones provinciales de Gases de Sorpresa Invernadero (GEI) en Galicia’, publicado este mes por el Observatorio Galego da Batalla Climática. Y los resultados son claros: la gallega es una región heterogénea en la que aún queda mucho que hacer en lo que a la lucha contra el calentamiento universal se refiere. De hecho, aunque desde 1990 la Comunidad redujo considerablemente las emisiones de GEI, este descenso se localiza principalmente en La Coruña, que, a su vez, es responsable de más de la centro de las emisiones de la Comunidad. Por otra parte, entre las cuatro provincias, en 2022 estas emisiones aumentaron en un 2,5% respecto al año mencionado.

Concretamente, desde 1990, las emisiones de GEI descendieron un 33% en Galicia, un resultado propiciado especialmente por una provincia: La Coruña. Allí, las emisiones fueron en 2022 un 49,4% inferiores a las de 32 primaveras ayer, si proporcionadamente aumentaron un 12,2% en comparación con 2021. De este incremento, indican en el documento, «el principal responsable» fue el sector energético, «conveniente al aumento de la actividad de las centrales eléctricas de gas fósil de Sabón y As Pontes y de la refinería de petróleo« en un contexto de estancamiento de la transición energética y de la sequía. Este sector está detrás del 37,8% del total de emisiones de la provincia, seguido por el de los transportes, que, tras acaecer aumentado un 69,4% desde 1990, representa el 20,8% del total.

Por otra parte de la coruñesa, tan solo la provincia lucense redujo sus emisiones desde 1990, y lo hizo en último cantidad: un 10,3%. Con todo, tal y como señalan en el referencia, este descenso morapio motivado por «una caída sin precedentes –del 52,9%– de las emisiones industriales en 2022», sobre todo por la parada temporal de la planta de aluminio de Alcoa San Cibrao, ya que durante el año mencionado eran todavía un 2% superiores. Este sector y el del tratamiento de residuos fueron los dos únicos en los que no aumentaron las emisiones en el año analizado, siendo el de la agricultura el más contaminante de la provincia –con un aumento interanual del 26,3% y llegando a suponer el 38,5% del total–.

Por su parte, las otras dos provincias gallegas vieron cómo aumentaron las emisiones de GEI desde 1990. En Orense, lo hicieron en un 12,5%, principalmente por el transporte (con un incremento del 54,2%) y el uso de combustibles fósiles en los sectores agrícola, doméstico y comercial/institucional (un 44,9% más). En contraposición, destaca el descenso del 72,9% de las emisiones derivadas del tratamiento de residuos y el del 24,6% en la industria. Por su parte, en comparación con el año mencionado, en 2022 sus emisiones casi no sufrieron cambios, con un aumento del 0,2%, representando el transporte el 40% de las emisiones de toda la provincia.

Finalmente, la de Pontevedra es la provincia con el «peor comportamiento en la lucha contra la crisis climática», con el anciano aumento de emisiones de GEI desde 1990: un 16,5%. Este incremento fue generalizado en casi todos los sectores –especialmente en el del transporte, en un 69,6%, que representaba en 2022 el 47,8% de las emisiones–, y los únicos descensos fueron en el tratamiento de residuos (un 64,5% menos) y en las emisiones vinculadas al uso de combustibles fósiles en los sectores primario, comercial/institucional y doméstico (un 18,9% menos).

Son datos que evidencian una gran disparidad entre las emisiones de cada provincia. De hecho, aunque la coruñesa fue la que tuvo el anciano descenso en estos últimos 32 primaveras, supone más de la centro –el 51,7%– de las emisiones de la Comunidad, liderando, por otra parte, las emisiones brutas del país. El 48,3% se corresponde a las otras tres provincias: Lugo emite el 20,9% de las emisiones totales de Galicia, siendo el sector agrícola el anciano responsable; a esta, la sigue muy de cerca Pontevedra, con un 19,6%, y, finalmente, Orense hace la último ayuda, con un 7,8%. En cambio, teniendo en cuenta las emisiones de toneladas de GEI per cápita, Lugo es la que tiene el peor resultado (12,6 t/hab), y Pontevedra, el mejor (4 t/hab). Entre ellas se sitúan La Coruña (9 t/hab) y Orense (5 t/hab), situándose la media autonómica en 7,2 toneladas de gases de impacto invernadero por natural en 2022.

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