Los trenes entre Vigo y Madrid suman numerosos retrasos en los últimos meses por causas como incidencias en la infraestructura, en los nuevos trenes Avril y por las complicaciones en la circulación provocadas por las obras en la época madrileña de Chamartín, por las que el propio ministro Óscar Puente compareció hace una semana en la Comisión de Transportes del Senado.
Con todo, se están produciendo retrasos incluso entre trenes que salen puntuales desde sus estaciones y que no sufren ninguna incidencia técnica durante su trayecto entre Madrid y Vigo, con motivo de las frecuencias actuales establecidas por Renfe y las limitaciones para admitir este tráfico del intercambiador de satisfecho de Taboadela, en Ourense.
Se manejo de la situación que vivieron los pasajeros del tren Avril que partió ayer desde Chamartín a las 19:18 horas, desde donde salió puntual. En poco más de media hora recorrió los cerca de 350 kilómetros entre la haber y Puebla de Sanabria, la parte de la distancia del trayecto hasta Vigo, pero el resto del trayecto llevó más del doble de tiempo. En total, sobre las 4 horas y media de alucinación, más que los trenes Alvia y muy allá de las 3 horas y media anunciadas.
A pesar de circular puntual y no sufrir ningún sentencia técnico, el AVE tuvo que detenerse ayer de su arribada a Taboadela, donde permaneció parado en las vías durante vigésimo minutos, provocando la frustración de los viajeros, muchos de ellos ya de pie en las puertas esperando para bajarse en la época de Ourense. Según el propio personal del tren explicó a través de la megafonía, la causa fue un “exceso de tráfico” en el intercambiador de satisfecho, parada obligada de todos los trenes que circulan por la vía de ingreso velocidad entre Madrid y Ourense, de satisfecho internacional, pero que continuarán su trayecto por el resto de la red ferroviaria gallega, de satisfecho peninsular.
A día de hoy, una veintena de trenes circulan cada día por este punto (diez por sentido) y algunas de las frecuencias cuentan con escasamente 20 minutos de separación entre ellos en momentos como el mediodía o la última hora de la tarde. De esta forma, cuando uno de ellos sufre algún tipo de retraso, esta parada técnica en Taboadela puede suponer que los siguientes trenes se vean afectados todavía, haciendo que los incumplimientos horarios se multipliquen a lo dilatado de las jornadas a pesar de que solo uno de los trenes haya afrontado incidencias. En este caso, fue un tren Alvia el que debía hacer uso de esta infraestructura poco ayer de las 21:25 horas, para dar paso al Avril a las diez menos cuarto. Sin requisa, el Alvia circulaba con retraso obligando a detener en las vías al posterior tren, que llegó finalmente a Vigo a medianoche, a pesar de estar programado para las 23:36 horas.
Pancho peninsular e internacional, un trayecto a dos velocidades
En el mejor de los casos, el paso por el intercambiador de Taboadela supondrá cinco minutos adicionales para todos los trenes con destino a Vigo. Es el tiempo que necesita para detenerse ayer de entrar en el cambiador y luego acontecer a menos de 15 kilómetros por hora, para luego seguir alucinación los últimos 16 kilómetros por el ronzal de conexión y la vieja columna de Zamora desde la época de Taboadela.
Este procedimiento es necesario por el diferente satisfecho de las vías por las que deben circular los trenes entre su trayecto de Vigo a Madrid. El Eje Atlántico siempre se planteó de satisfecho peninsular porque no se manejo de una columna de ingreso velocidad. Los Avril no superan los 200 kilómetros por hora en este trayecto (alcanzan los 300 de Santiago a Madrid) que todavía emplean los trenes regionales pero todavía los de mercancías, que no podrían circular por ella si fuera de satisfecho internacional. Con todo, se construyó con traviesas polivalentes, de forma que pudiera cambiar al satisfecho internacional en algún momento si se tomase la intrepidez. En el caso de la conexión entre Santiago y Ourense, se planteó inicialmente de satisfecho internacional, pero se cambió ayer de iniciar la obra para que la pudieran disfrutar los trenes Avant.