menos muertes machistas y de pandilleros


A falta de que se haga público el Balance Delictivo del segundo trimestre del año, el número de homicidios dolosos y asesinatos consumados en la región ha vuelto a niveles relativamente normales en 2023. Con el último crimen ocurrido el pasado fin de semana en Villaverde, hay Son 23 casos registrados, ocho menos que en el mismo periodo de 2022, cuando la Comunidad de Madrid sumó el mayor número de muertes violentas de la última década. La explicación, intentos aparte, responde a una caída de los delitos machistas (de ocho a cuatro, a falta de tres meses para cerrar el año) y de las peleas a muerte entre pandilleros (de seis a uno), lo que demuestra la eficacia de las medidas implementadas para combatir las estadísticas negras.

De especial relevancia son los buenos datos en relación a las bandas juveniles, las mismas que en 2022 enlutaron las calles con seis asesinatos, cinco en la capital y uno último en la localidad de Fuenlabrada. La guerra entre los Dominicanos No Juegas (DDP) y los Trinitarios se cobró, entre otros, la vida de Pepe, el menor de 15 años apuñalado en la calle Atocha; y William, de la misma edad y acribillado a balazos frente a su casa, en una plazoleta de Villaverde. Este año, sólo la muerte de Alex, apuñalado en marzo frente a una discoteca de Tetuán, está relacionada con este caso.

En cuanto a los delitos por violencia de género, los datos de Madrid apenas suponen una gota de agua en el desierto frente a las 49 mujeres asesinadas en España, las mismas que en todo el año anterior. El propio delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, reconoció ayer que las quejas han aumentado en los últimos años, algo positivo “porque las mujeres están reconociendo, agradeciendo y compartiendo su situación con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y, por tanto, “tanto, colaborando”. para que podamos ayudarlos”. Circunstancia, sin embargo, que no se dio en el último hecho, por lo que la víctima no fue incluida en el sistema de seguimiento de VioGén.

En cuanto a los días más oscuros, son dos los que toman el relevo al cuádruple crimen ocurrido en noviembre de 2022 a la salida de una boda gitana en Torrejón de Ardoz. El primero, el 27 de abril, cuando un individuo de 31 años mató en distintos puntos del paseo marítimo extremeño a dos personas mayores mientras huía de la Policía a bordo de un Mercedes plateado. El miedo a la multa (conducía sin permiso), pero, sobre todo, a ser detenido por los dos registros judiciales que se le practicaban, le llevó a acelerar y recorrer 25 kilómetros por la M-50 y la A- 5 hasta atropellar a casi una decena de personas en la citada vía del distrito de Latina.

Aunque en un primer momento el Tribunal Superior de Madrid informó de la acusación de dos delitos de homicidio imprudente, finalmente fue acusado como si fuera un kamikaze y deberá afrontar dos delitos de homicidio doloso, cinco de lesiones, uno de omisión del deber de ayuda, otro de conducción temeraria con manifiesto desprecio por la vida humana y dos más de abandono del lugar del accidente.

El segundo de los días fatales fue el 3 de julio, aunque esta vez en tres localizaciones diferentes, en Madrid y Alcalá de Henares, donde fueron asesinadas tres mujeres en un intervalo inferior a 14 horas. Minutos después de la medianoche, una mujer de 42 años que pasaba la noche bajo el puente Pedro Bosch murió quemada después de que los presuntos autores, con quienes dormía casi al lado, prendieron fuego a sus pertenencias y a las de su pareja tras haber tenido una breve conversación poco antes. una discusión.

Esa misma noche, un joven de 25 años estranguló a una mujer de 53 en su domicilio de Alcalá de Henares mediante el método del mataleón. Aunque en un principio se sospechó de un motivo machista, los investigadores lo descartaron al comprobar que en ese momento no mantenían una relación sentimental, aunque la víctima sí ayudaba a su verdugo y le recibía de vez en cuando. Y ya durante el día, sobre las 13.30 horas, un hombre de 58 años mató a puñaladas a Concha, la camisera de Tirso, para robarle lo recaudado, apenas un puñado de euros.

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