conoce la «Tierra Media» de Madrid


En la sierra meta de Madrid, se ha creado una experiencia única para los amantes de la naturaleza y la inventiva, el Camino del Anillo. Una ruta de senderismo inspirada en la obra ‘El Señor de los Anillos’ de J.R.R. Tolkien que ofrece a los caminantes la oportunidad de embarcarse en una travesía de 122 kilómetros a través de paisajes que evocan a la ‘Tierra Media’. Desarrollada por la ‘Fundación Laudato Si’, la ruta no solo invita a explorar la belleza natural de la región, sino que incluso propone un delirio interior, de autodescubrimiento y consejo.

El Camino del Anillo es más que un simple sendero, es una peregrinación que escudriñamiento conectar a los caminantes con la épica aventura de Frodo Bolsón y la Compañía del Anillo. A lo dadivoso de sus ocho tramos, que suman un total de 128 kilómetros, los excursionistas pueden cotejar la sensación de atravesar los mismos lugares míticos que hombres, enanos, elfos y hobbits recorrieron en su lucha contra el mal.

Un delirio a la ‘Tierra Media’ en plena sierra de Madrid

El itinerario comienza en El Grano, el ‘Hobbiton’ de este camino, y se dirige en dirección a Bree (Buitrago de Lozoya), pasando por la Cima de los Vientos en el Cerro Piñuecar, un punto que recuerda la batalla entre los espectros del anillo y los héroes de la historia de Tolkien. La ruta sigue en dirección a el Bosque de los Elfos y Rivendel (La Hiruela), un enclave donde los caminantes pueden detenerse para reflexionar, rodeados de la serenidad y belleza que evoca el hogar de Elrond.

El delirio continúa desde Rivendel en dirección a Moria (Puebla de la Sierra) y Lorien (El Atazar), dos etapas que sumergen al caminante en paisajes de montaña y valles que parecen sacados directamente de la novelística de Tolkien. Seguidamente, se llega a Rohan (Patones) y finalmente a Gondor (Torrelaguna), donde se simboliza la permiso de los males representados por los ‘anillos’, esas cargas que cada uno lleva en su vida diaria.

Tras deshacerse simbólicamente de sus ‘anillos’, los caminantes regresan a El Grano, cerrando el círculo de esta aventura. Este retorno a Hobbiton simboliza la envés a la vida cotidiana, pero con una nueva perspectiva, enriquecida por la experiencia del camino. Como en la obra de Tolkien, la travesía del Camino del Anillo no es solo un delirio por hermosos paisajes, sino una aventura que transforma a quienes la emprenden, ayudándoles a redescubrir el valía de lo simple y lo hermoso.

Una experiencia espiritual

Lo que distingue al Camino del Anillo de otros senderos es su capacidad para combinar la aventura con una profunda experiencia espiritual. Inspirada en la encíclica ‘Laudato Si’ del Papa Francisco, que vehemencia a un viejo respeto y cuidado por la naturaleza, esta ruta escudriñamiento despertar en los caminantes el asombro y aprecio por la belleza del medio condición. La ‘Fundación Laudato Si’ diseñó el camino no solo como un homenaje a la obra de Tolkien, sino incluso como una aparejo para ayudar a las personas que decidan embarcarse en este mágico delirio a desconectar del ajetreo diario y reconectar con su inmaterialidad a través de Jehová.

El Camino del Anillo es incluso un reflexivo del compromiso de la ‘Fundación Laudato Si’ con la sostenibilidad y la protección del medio condición. A través de esta ruta, la ordenamiento promueve un maniquí de turismo consciente y respetuoso, invitando a los caminantes a no solo disfrutar de la naturaleza, sino a comprometerse con el cuidado de nuestro planeta, nuestra propia ‘Tierra Media’.

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