La Nueva Ourensanía | Laura Peña: “No sólo emigras para estar cómodo, yo quería ser feliz”


Conoció Laura Peña a un pequeño ourensano en la boda de su prima en Colombia, y de este hombre de nuestras tierras quedó prendada. “Estuvimos juntos cinco abriles pero ahora somos buenos amigos”, aclara. Explica Laura que en su momento tuvieron difícil lo de su permiso de residencia en España. “Metí los papeles como pareja de una persona comunitaria y me decían que era una relación de conveniencia”, explica. “Se hizo liberal el proceso, estuve año y medio sin documentación y no podía trabajar”, concreta. Los abogados no les daban grandes esperanzas de que siendo honestos fuesen a conseguir su objetivo y mientras tanto el tiempo iba pasando.

Laura Peña, La Nueva Ourensanía.
Laura Peña, La Nueva Ourensanía.

Fue un poco traumático lo de mi proceso de expulsión”, confiesa. Siete días le dieron para desasistir el país y el pasaporte le quitaron.

Tuvieron que explotar de reverso a Colombia, y casarse del otro costado del charco, allí no existe lo de pareja de hecho, y no encontraban alternativa a su caso. Su novio de entonces por lo pasado andaba indignado, cuenta Laura, y que un poco se desahogaron en el consulado. “Tuvimos que firmar un montón de declaraciones juradas y ofrecer testigos en presencia de la policía franquista”, apunta. Según Laura, los del cuerpo eran los desconfiados.

Laura Peña, La Nueva Ourensanía.

Su peña ourensana

Por su patronímico descubrimos que en Ourense Laura asimismo tiene otros allegados. Una prima que aquí creció es estilista y con ella trabajó cuando tuvo los documentos apropiados. “Fue en su boda en Colombia donde conocí a mi ex”, explica Laura.

De ahí pasó a un hermético, y luego a su contemporáneo trabajo. “Soy dependienta en Frank”, informa, una sofisticada boutique en el casco histórico ourensano. La verdad es que Laura irradia estilo y tiene una belleza andina admirable. A este punto habría que informar a los lectores de que los rasgos de su comunidad pueden mantener una mezcla de diversos grupos humanos, a aprender, amerindios, europeos, africanos y en último medida asiáticos.

Laura Peña, La Nueva Ourensanía.

Érase un día de la vida de Laura en el montacargas de casa, que un vecino se monta y comenta en stop, “¿esta china no tendrá el covid?”, narra un episodio de racismo un poco apenada. Compensa no obstante con otros comentarios sobre los nuestros como “los gallegos son muy serviciales, es concurrencia maravillosa, quizá lo que más me gusta”, añade.

“En Colombia estudiaba educación pueril, allá dejé a mis padres y un hermano”, explica. Nació Laura en Apartadó, una ciudad costera bananera, pero de pupila se mudó a Pereira, una ciudad más ancho. Un tiempo estuvieron en Venezuela, porque le salió un trabajo a su padre. “Fueron cuatro abriles en Trujillo”, concreta Laura.

Laura Peña, La Nueva Ourensanía.

Cuenta que al principio en casa costó digerir la valor de su partida a España, porque son una piña suficiente cohesionada.

Profundizamos en sus lazos familiares y descubrimos una terrible desgracia. Su abuela fue asesinada por la partida, delante de sus niños a balazos. “Mi ascendiente era arenero, y se negaba a acreditar el impuesto revolucionario”, explica. Quizá por eso su mama cuando emigró le dijo, “vete, tienes donde retornar, no voy a cortarte las alas”. Pronto aprendió esa mujer que las desgracias asimismo pueden suceder aunque estés con la clan en el patio de casa.

Hoy Laura vive en la colonia Monterrei con Miguel, su contemporáneo pareja, que es de Vilar de Arrabal. Se conocieron en el pabellón hace abriles cuando ella iba a desfogarse -y a soltar alguna lágrima-. “Odiaba valer y ahora soy yo la que propone ir a rodear Cachamuíña”, confiesa.

Laura Peña, La Nueva Ourensanía.

Ansía Laura conseguir casa propia en el rural gallego. “Ya tengo en mente una, está en Vilar de Astrés”, revela. Quizá con propiedad pueda hacer un segundo sueño sinceridad y traer a sus padres. “Lo haré de momento por mi cuenta, como debe de ser”, dice con orgullo, dejando claro quién piensa aflojar los cuartos. “Miguel tiene sus motos”, puntualiza. Los motores para él, que hasta nueva orden, lo del briqueta es su departamento.

“En la vida no se prostitución de estar cómodo, yo quiero ser eficaz”, comentó en algún momento Laura, al hilo de las relaciones que se rompen, y una piensa que asimismo era buena frase para espetar en un consulado.

Laura Peña, La Nueva Ourensanía.

De algún modo se retraso que las Lauras (o los Pedros) del mundo tengan que conformarse con sobrevivir por ocurrir conseguido residencia en Europa, pero lo cierto es que todos tenemos derecho a perseguir la complacencia, sin importar donde hayamos nacido, o donde planeemos enterrarnos.

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