«El concierto catalán es una humillación para los valencianos infrafinanciados»


Ruth Merino gestiona las finanzas de la comunidad autonóma más infrafinanciada por el Estado como consellera de Hacienda, Finanzas y Despacho Pública de la Generalitat Valenciana. Con un sistema caducado desde 2014 que lancha las cuentas de la región desde hace más de dos décadas, la además portavoz del Gobierno de Carlos Mazón carga duramente contra la «financiación singular» para Cataluña pactada por el PSC con ERC.

Por otra parte, ultima unos presupuestos autonómicos que el PP, en minoría, tendrá que negociar tras la salida de Vox del Ejecutor valenciano. La relación con sus exsocios en este nuevo curso político, asegura, no les preocupa. En una entrevista con torrevieja news today, Merino critica la dirección de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, reclama más fortuna para atender la crisis migratoria y rechaza las amenazas del Gobierno de España de admitir algunas de sus leyes fortuna al Tribunal Constitucional.

—Si se articula un concierto para Cataluña tras primaveras esperando una respuesta al problema valenciano, ¿en qué situación quedan?

—Este concierto es malo para todos en términos económicos porque rompe la solidaridad y la igualdad. Hasta dirigentes del PSOE reconocen que es un disparate. No deja de ser además inmoral, porque la causa es la aprieto de Pedro Sánchez de mantenerse en el poder. Por otra parte, que se concedan privilegios al nacionalismo catalán es una humillación para los valencianos infrafinanciados, que se sienten otra vez ninguneados y perjudicados por el Gobierno. Si existe una singularidad y una excepcionalidad es la nuestra. No queremos ser más que nadie, pero llevamos mucho tiempo reclamando que se nos iguale a la media. Detrás de todo están la sanidad, la educación y los servicios sociales.

—¿Se habría extenso este debate de no ser por la aprieto del PSOE de pactar con ERC?

—Llevamos muchos primaveras reclamando que se ponga en marcha la reforma urgente del sistema y hasta hace escasos meses que han tenido la aprieto de formar un gobierno, de hacer presidente a Sánchez y luego a Salvador Illa, no se ha empezado a departir ni de la reestructuración de la deuda, que además es otro problema urgente para la Comunidad Valenciana, ni de la financiación. Es verdad que, al menos, se está hablando de este tema, pero no porque el Gobierno de España pretenda solucionar una injusticia que se viene cometiendo, sino porque les conviene a ellos.

—¿Qué medidas va a tomar la Generalitat Valenciana contra esa financiación singular?

—Veremos cómo transcurre, porque el Gobierno es rehén de sus socios para cada cosa que lleva al Congreso de los Diputados. Como estamos convencidos de que hay una parte inconstitucional en este acuerdo, utilizaremos todos los fortuna jurídicos para intentar que no se cometa está tropelía. Todavía los sociales. Existe una gran unión entre sindicatos, confederaciones empresariales y, hasta hace poco, todos los partidos políticos. Echamos de menos al PSPV, cuya líder -la ministra de Ciencia, Diana Morant- se ha puesto de perfil. Como buena discípula ‘sanchista’ antepone su sillón a los intereses de los valencianos. El socialismo parece que se ha olvidado de la progresividad que siempre ha defendido en el sistema tributario y ahora resulta que el que más tiene no tiene que aportar más.


La consellera de Hacienda de la Generalitat Valenciana, Ruth Merino, en un momento de la entrevista


MIKEL PONCE

—¿Por qué cree que la ministra Montero prefiere negociar el nuevo maniquí de financiación con Alberto Núñez Feijóo antaño que en el Consejo de Política Fiscal y Financiera?

—Está haciendo dejación de funciones. Sondeo excusas y no está asumiendo su responsabilidad, que es lo que ella exigía cuando era consejera de Andalucía. Si trabajara en una empresa privada ya estaría en la calle despedida. Las comunidades del PP y además otras del PSOE están de acuerdo en que el foro adecuado para combatir este tema crucial es ese. La explicación que le aproximación es que están atados de pies y manos con otras cosas.

—¿El PP tiene voluntad de dialogar?

—Por supuesto. Estamos dispuestos a sentarnos en un foro multilateral, que es donde toca, y no con relaciones bilaterales. Es un tema complicado, pero no hay que ser cobarde. Hay muchas cosas en las que estamos de acuerdo, como en que el sistema tiene que ser más sencillo o que tiene que tener más fortuna para que los servicios se presten en igualdad de condiciones en toda España. Hay diferencias entre autonomías, que es lo que ella alega para sostener que no nos ponemos de acuerdo. Pero todos estamos dispuestos a ceder, porque un acuerdo en el que una comunidad salga satisfecha 100% no va a ser bueno.

Relación con Vox tras salir del Consell

«Entiendo que harán implicar sus pretensiones de una forma más persuasivo. Si no nos apoyan, tendrán que dar sus razones»

—¿La Comunidad Valenciana tiene una propuesta firme sobre la mesa?

—Claro que sí. Nos apoyaremos en los expertos y en datos objetivos. Pero mientras eso no llega, exigimos un fondo de nivelación que nos iguale para las cuatro autonomías que estamos por debajo de la media doméstico. Es una cuestión de voluntad política. Dejamos de tomar cerca de 1.800 millones de euros al año para servicios fundamentales que obtenemos a costa de endeudarnos y abonar intereses que son desorbitados. En 2024 van a aparecer hasta los 900 millones. Es una injusticia.

—¿Hay unanimidad además entre las comunidades gobernadas por el PP sobre este fondo?

—Por supuesto que se reconoce que hay que arbitrar de alguna forma un fondo para las autonomías más afectadas mientras no se articulen un nuevo sistema que sea más exacto, más igualitario y más equitativo para todos. Hay que terminar con esas diferencias.


La consellera de Hacienda de la Generalitat Valenciana, Ruth Merino, en un momento de la entrevista


MIKEL PONCE

—¿Qué se sabe de la anunciada quita de deuda? Montero dijo que iniciaría en julio las conversaciones. 

—Oficialmente nunca se nos ha comunicado ausencia. Hay que darle algún tipo de salida a la deuda de 58.000 millones de euros, de los que cerca del 80% se deben a la infrafinanciación, porque sería muy bueno retornar a salir a los mercados. No sabemos cuál es el criterio que se va a seguir, pero es un tema que además se tiene que enfrentarse conjuntamente con luz y taquígrafos y nunca de forma doble como han hecho con el independentismo catalán.

—¿Qué emblema creerían ajustada?

—Del total de la deuda, unos 43.000 millones proceden de la infrafinanciación colectiva que se derivó de la crisis de 2008 y de la parte que afecta exclusivamente a la Comunidad Valenciana. Para retornar a salir a los mercados, con un nuevo maniquí suficiente, tendríamos que quitar entre el 30 y el 35%, unos 20.000 millones, del saldo placa.

—El PP, Vox y Junts tumbaron los objetivos de endeudamiento del Gobierno para 2025. ¿Van a tener menos capacidad de pago?

—Tienen otra oportunidad de aprobarlos en las próximas semanas. Como ocurrió el año pasado, no reconocen el trabajo que están haciendo las comunidades para satisfacer los servicios fundamentales y nos obligan a hacer un decano esfuerzo a la hora de cumplir con el endeudamiento para quedarse ellos con la mejor parte. Las comunidades tenemos que cumplir con el 98% del esfuerzo fiscal. Ellos, con el 2% restante. Queremos más ganancia. La Comunidad Valenciana tiene tantos problemas financieros provocados por la financiación que el ganancia que pueda variar de la aprobación o no de esos objetivos de estabilidad es pequeño comparado con todo lo que nos yerro.

—Es ya una posibilidad. ¿Qué supondría para la Comunidad Valenciana que se prorrogaran los Presupuestos Generales del Estado?

—Las cuentas están muy ajustadas y tienen a Junts apretándoles. Si se prorrogan de nuevo los de 2023, la provincia de Alicante seguirá siendo la última en inversiones. Tenemos un Gobierno de España que hace de todo menos mandar, porque no ha llevado demasiadas cosas al Congreso de los Diputados que hayan sido aprobadas, más allá de la ley de indulto por conveniencia de algunos. Eso supone una parálisis que cuanto antaño termine mejor.


La consellera de Hacienda de la Generalitat Valenciana, Ruth Merino, posa para torrevieja news today en la sede de su unidad


MIKEL PONCE

—Con el PP en minoría y sin Vox en su Ejecutor, ¿le preocupa no poder sacar delante los presupuestos autonómicos?

—No es preocupación, es una decano responsabilidad. Ahora quizá haya que hacer un decano esfuerzo para convencer no sólo a Vox, además a PSPV y Compromís, de que estos presupuestos van a ser mejores todavía que los de 2024 y más sociales. Yo soy muy de negociar, de consensuar y de sacarlos delante con todo lo bueno que quieran aportar. Si no apoyan nuestras propuestas, serán ellos los que tendrán que explicarlo. Antiguamente de verano tuvimos el esbozo y ahora todas las consellerias están trabajando para llevarlos a las Cortes Valencianas en tiempo y forma.

—¿Va a tener más osadía para confeccionarlos sin Vox?

—Hemos tenido una relación muy buena con sus tres consellers. Hemos sido un único Gobierno integrado por dos partidos, porque había una hoja de ruta clara en todo lo que nos unía. No ha sido ausencia complicado, ni el día a día, ni las cosas que se iban llevando a los plenos del Consell para ser aprobadas, ni siquiera los presupuestos anteriores. No sé si va a favor más o menos osadía. Creo que es una cuestión de tener sentido popular, de poner por delante las cosas importantes. Y como en eso siempre ha habido consenso, tanto como los consellers de Vox, como con los del PP, será poco similar.

Crisis migratoria

«No somos inhumanos. Tenemos los centros al 160%. El Gobierno no facilita fortuna a las comunidades»

—¿Cómo demora que sea la relación con sus exsocios, que siguen ostentando la Presidencia de las Cortes?

—Entiendo que harán implicar sus pretensiones de una forma más persuasivo. La relación es buena. Es un partido con el que hemos podido departir siempre y es lo que vamos a seguir haciendo. Estamos convencidos de que siempre que queramos aliviar la presión fiscal elevadísima que existe en la Comunidad Valenciana o avanzar en la simplificación administrativa, Vox lo apoyará. En caso contrario, tendrán que explicar sus razones.

—¿Cómo afrontan la crisis migratoria?

—La Generalitat está cumpliendo con su obligación. No somos inhumanos e insolidarios como dicen. Parece que Sánchez por fin se ha puesto las pilas con esa tournée por los países de origen. Pero el problema se tiene que afrontar entre todos los de la Unión Europea. Tenemos los centros de menores valencianos al 160% de ocupación y el Gobierno no nos están facilitando fortuna a las comunidades para darles unas condiciones dignas. Lanzan la pelota al tejado de las comunidades gobernadas por el PP para quitarse el problema de encima, pese a ser su responsabilidad. Sánchez tiene que sentarse a departir con las autonomías. Son temas en los que hay que apartarse del partidismo y tener valor de miras.


La consellera de Hacienda de la Generalitat Valenciana, Ruth Merino, en un momento de la entrevista


MIKEL PONCE

—¿Habrá diálogo con el Gobierno tras amenazarles con apelar sus leyes de Concordia y educativa y el decreto de simplificación al Constitucional?

—El procedimiento habitual, antaño de aparecer al Constitucional, es establecer una comisión doble entre el Gobierno y la Generalitat para ver en qué no están de acuerdo. Estamos dispuestos a escucharlos, pero convencidos de que estas leyes son buenas. La de Concordia reconoce a las víctimas de violencia política de todas las épocas y no solamente de una. Habrá que ver por qué no quieren que los padres tengan decano osadía de nominar la educación de sus hijos y qué es lo que afrenta a la Constitución. En cuanto al decreto de simplificación administrativa, indagación que los procesos sean más ágiles. No podemos dejar antes proyectos e inversiones porque exista una parálisis en la Despacho.

—¿Harán cambios en ese extenso decreto ahora que se tramitará como esquema de ley en las Cortes Valencianas? La concurso, incluido Vox, criticó por ejemplo la disminución de 500 a 100 metros de la distancia del costa para construir hoteles.

—Estamos dispuestos a departir con todos los partidos y a mejorarlo en todo lo que se pueda. Si de un decreto caritativo que zapatilla tanto y es tan codicioso ese es el punto conflictivo, no hay ningún problema en tratarlo.

—¿Prevén más bajadas de impuestos en lo que queda de año?

Este Gobierno ha apostado desde el primer momento por aliviar a las rentas medias y bajas en la comunidad con la decano presión fiscal de España. Vamos a seguir avanzando en esa hoja de ruta a lo desprendido de la sesión, porque los movimientos de este tipo se tienen que hacer de una modo responsable. Hay que tener en cuenta cuál es la situación financiera de la comunidad y los mercadería que tienen estas medidas que podamos adoptar. En ningún caso, como se suele sostener desde la concurso, se negociación de desmontar los impuestos a los ricos. Lo que hemos hechos es eliminar una injusticia y un impuesto inmoral como el de Sucesiones y Donaciones. De momento, convergemos a la media, convencidos de que los movimientos que hacemos dinamizan la peculio. Esto no es involuntario, pero acompañado de otras medidas paralelas, con el tiempo nos va a admitir a cobrar más.

Me enerva oír a ministros, recientemente a Óscar Puente, que las comunidades estamos bajando impuestos y al mismo tiempo pidiendo más financiación a ‘papá Gobierno’. Sánchez no nos regala ausencia. Nos entrega lo que toca según la colecta que se ha producido en la Comunidad Valenciana de los impuestos que se han pagado. Y si es decano no es porque nos estén haciendo un valenza, es por el ciclo financiero, por la inflación. Primero, que nos solucione el problema de la financiación y entonces, si quieren, hablamos de impuestos. Pero, mientras, los valencianos no pueden estar doblemente castigados con la financiación más depreciación y los impuestos más altos.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *