«Yo no tengo acceso pero los turistas van a sacarle fotos, estoy harta»


Amanda Melián abandonó su casa con lo puesto y con sus dos niños pequeños el 19 de septiembre de 2021, dejando las llaves en la puerta cuando sintió la furia de Cumbre Vieja y el volcán en erupción encima. En aquel momento tenía la seguridad de que estaba todo perdido. Poco luego no solo lo tenía un volcán encima sino además en su propio edén, con una boca eruptiva a escasamente unos metros de la puerta de la entrada. «No puedo entrar, llevo primaveras esperando por papeles y permisos, pero cada vez que vamos hay turistas sacándole fotos a la casa». A ella no le han facilitado el golpe, pero los curiosos entran sin permiso y sin autorización en su demarcación.

La última vez que la visitó descubrió que había sido objeto de vandalismo, y es la ápice que ha colmado el vaso. Se le está viniendo debajo tras tres primaveras semienterrada, y más allá de haberse convertido en un símbolo y en un icono del volcán, es un hogar congelado en el tiempo para el que nadie le da respuesta. «Estoy cansada de la incertidumbre, de esperar, de una opción definitiva» por lo que hasta que le den respuesta sobre cómo recuperar su propiedad la ha tapado con plástico.

«Yo no quiero ni que me la expropien ni dejarla como está para excursiones turísticas, aunque me paguen por ello», lo que quiere es «recuperar los saludos» y ayuda para poder desenterrarla y rehabilitarla, porque tres primaveras luego sigue sin tener golpe ni autorizaciones para poder tolerar a punta la obra. «Pedimos un permiso para poder desenterrarla, aunque sea a mano, y seguimos esperando».


Amanda ha tapado su casa de lasa miradas de curiosos como protesta en presencia de la error de respuestas


cedida


Amanda ha tapado su casa de lasa miradas de curiosos como protesta en presencia de la error de respuestas


cedida


La casa de Amanda desde el clima


CEDIDA POR I LOVE THE WORLD

Los propietarios de las casas de la zona más próxima al volcán, enterradas por la ceniza, se plantearon obtener algún beneficio por las visitas que frecuentan esta turística, pero le indicaron que no podía unirse al esquema porque necesitaba un permiso de uso vacacional. Los turistas aprovechan para sacar fotos de la famosa ‘casa de la fisura’, poco que considera «muy injusto». Amanda confiesa que siente mucha impotencia al ver que todo son facilidades para que otras personas se beneficien de su casa, pero para ella «todo son problemas». En la parte descenso del camino hay un cartel que pone que es propiedad privada y que el golpe es solo para vecinos, «pero por ahí se cuela todo el mundo», denuncia.

Solo ha recibido la ayuda procedente de las donaciones de particulares y empresas, mínimo más, ni un solo euro del Gobierno canario ni estatal, «ni los 60.000, ni 40.000 ni mínimo de mínimo». Aunque parezca increíble, solo se ha puesto en contacto con ella el corregidor de El Paso hace escasamente una semana, tras primaveras en los que no ha tenido respuesta de las administraciones públicas. El corregidor le confirmó que su casa entraría en los requisitos del extremo decreto publicado por el Gobierno canario, por lo que su vivienda se podrá reedificar y rehabilitar.

Ese es su deseo, aunque confiesa que será «para dejarle poco a mis hijos» ya que a corto plazo no cree que sea viable estar en una casa con un volcán en el edén por la inestabilidad del demarcación. «No sabemos si hay tubos volcánicos bajo la casa o cómo está la zona, teniendo niños pequeños es peligroso», asegura.

Desde la erupción se alojan en una vivienda de módulos prefabricados que le ha entregado temporalmente el Gobierno canario, en la que asegura que «estamos muy apretados» y que «no sentimos como nuestra casa». Aquel 19 de septiembre de 2021, su comunidad estaba estrenando la reforma de la parte reincorporación de la vivienda cuando nació Tajogaite por encima de su propiedad y su vida dio un molinete de 180 grados. Con sus últimos ahorros han tenido que sufragar el préstamo de aquella reforma que no pudieron disfrutar, ya que es la única forma de poder entrar en una nueva hipoteca para tener al fin una vivienda definitiva.

El próximo 4 de septiembre tiene una reunión con el presidente del Cabildo, Sergio Rodríguez, y confía que de ese interviú se pueda clarificar y estimular la situación. «Han sido tres primaveras de pena», confiesa. «Como venga un invierno válido, la casa no va a sujetar», adelanta.

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