La Fiscalía solicitó inicialmente penas de prisión y multas (por un total de 4.140 euros), además de 5.000 euros de responsabilidad civil. Finalmente, en la sesión de cumplimiento, el joven reconoció los hechos y aceptó la reducción de pena, la cual se queda en multas que suman 765 euros, la prohibición de acercarse o comunicarse con la víctima y la indemnización, todo ello por un delito de acoso, un delito continuado de incumplimiento de medida y un delito leve continuado de amenazas.
En la imposición de la sentencia, que ya es firme e inapelable, se han aplicado las atenuantes de reparación del daño y anomalía psicológica, ya que el joven ha sido diagnosticado con trastorno por déficit de atención, con antecedentes de trastorno obsesivo-compulsivo. , que debilitó ligeramente su voluntad en el momento de los hechos.
SíSegún consta en el documento de acusación pública, los hechos ocurrieron a partir de mayo de 2021. Meses antes, el acusado y la víctima se conocieron en una academia de estudios y él intentó iniciar una relación afectiva con ella sin éxito.
Desde el momento en que la joven quiso cortar el contacto con el acusado, este comenzó a acosarla llamando por teléfono constantemente tanto a la víctima como a sus amigos. Cuando la joven lo bloqueó en su celular y en las redes sociales, el niño siguió llamando usando un número oculto, por lo que la niña tuvo que cambiar su número de teléfono.
Con el paso de los meses, el acusado no sólo siguió acosando a la niña (que se había trasladado a Ourense por estudios) y a su entorno, sino que incluso envió mensajes a la madre de la víctima y a sus amigas, con amenazas directas. (“La voy a estrangular con un alambre de púas”, “Le voy a romper la cara con una hostia”, “Pensé en abrirle la cabeza con una piedra”, “Voy a violar a tu puta hija”…) para intimidar a la joven.
Durante todo este proceso se presentaron varias denuncias en comisaría y se celebró una audiencia en la que se impuso una orden de alejamiento y prohibición de comunicación, que el imputado violó reiteradamente. Total, La niña y su entorno recibieron cientos de llamadas y mensajes en esos meses, y la víctima tuvo que cambiar dos veces de número de móvil, además de recibir tratamiento psicológico.