El trapicheo y la guerra entre bandas tensiona el bulevar de Vallecas


Entre el estadio del Centella y el paseo de Puente de Vallecas no hay más de diez minutos a pie. Durante el día, las calles, los comercios y las terrazas de este barriada multicultural rebosan de vida. Cuando comienza a ocaso, muchos de los vecinos se autoimponen toques de queda voluntarios, pues la zona se transforma en un epicentro de consumo y trapicheo de drogas, encima de un campo de batalla para las dos bandas latinas presentes: los Ñetas y los Trinitarios.

La tensión, que se manifiesta tanto por el número de reyertas como por las pintadas que hacen citación a «la refriega entre bandas», ha incrementado este verano y atemoriza tanto a residentes como a aquellos que tienen sus negocios en la zona.

Fermín [nombre ficticio] se mudó a Puente de Vallecas hace tan pronto como un par de abriles, siendo conocedor de los problemas de este barriada. Sin retención, asegura que en los últimos meses está sufriendo «asaz degradación». Los Trinitarios se han hecho con el paseo de la calle de Peña Gorbea y lo han transformado en su centro de operaciones particular. Campan a sus anchas en las terrazas, «sin consumir y hasta sin satisfacer», y tienen, según manifiestan los residentes de esta zona, amenazados a los locales comerciales.

Hace unas semanas, la resistor de uno de los restaurantes le costó a los dueños del mismo algunas sillas, mesas y toldos nuevos, pues estos jóvenes le prendieron fuego una alboreo. «Las terrazas les sirven como un lado desde donde poder custodiar, por eso las quieren dominar», explican otros residentes de las viviendas situadas en torno a este paseo.


Un agente de Policía Doméstico identifica a un imberbe


José Ramón Ladra

Fermín lo tiene claro: «Si tuviera hijos saldría corriendo de aquí. No es un sitio para criar a un chaval». No solo porque en más de una ocasión han podido ver a toxicómanos drogándose en la vía pública y a plena luz del día, sino por la facilidad de encontrar estas sustancias estupefacientes. «Esconden las bolsitas en la calle y de muy malas formas. Casi cualquiera lo puede encontrar», apunta. Así en maceteros, alcantarillas, entre los arbustos o encima de las ruedas de los vehículos aparcados son algunas de las ubicaciones que más éxito tienen.

Sin retención, la droga no es lo único que ha sorprendido a los vecinos en el entorno del paseo de Vallecas. Fundas de armas blancas y palos de grandes tamaños en el interior de los compartimentos de los contadores o machetes de grandes dimensiones encima de toldos de comercios son algunos de los ejemplos que los residentes de la zona lamentan tener que contar.

Los Ñetas se encuentran cerca del estadio del Centella Vallecano, los Trinitarios en el paseo y los Latin King en Ensanche

No es raro que a mediodía ya haya agentes de policía identificando a individuos jóvenes, algunos incluso menores de antigüedad, que se mueven en patinete en torno a la vía. Estos, según apuntan a este semanario Marisa y Laura –igualmente prefieren suministrar el anonimato y dar nombres ficticios por miedo a las posibles represalias–, se dedican a custodiar el perímetro «dando vueltas 15 veces a la zona» y silbar en caso de que vean que alguna amenaza se acerca.

«Hacen todo delante de nuestras valor. Tan solo con fijarte un poco te puedes percatar de todo», determina Marisa, cuya vivienda igualmente se encuentra en los alrededores de este país dominado por los Trinitarios. «Son cosas a las que no estamos acostumbrados ni nos queremos acostumbrar», insiste.


Pintada de las bandas latinas en una calle de Puente de Vallecas


torrevieja news today

Estos vecinos, encima, aseguran que se sienten «vigilados» e incluso «amenazados» por estos individuos. Descabalgar a tomar poco a las terrazas del paseo de Peña Gorbea resulta cometido increíble para ellos. «No nos sentimos seguros. Ellos se juntan en una esquinazo, forman su propio aislamiento y solo nos observan», apunta otro vecino.

La preocupación entre los vecinos ha incrementado durante este verano. Tras la información de los tiroteos entre pandilleros que se han producido en la hacienda y el fresco suceso en el que un imberbe de 23 abriles quedó manco y fue apuñalado en la espalda, los que viven entre bandas califican de insostenible la inseguridad a las puertas de sus hogares. Y, lo peor de todo, es que no creen que se vaya a producir un cambio. «¿Cuántas reyertas ha habido este verano? ¿Esperan a que le pase poco a un vecino para representar?», se preguntan en voz quebranto por si hay algún cotilla indeseado escuchando su conversación.

«En esta zona están los Ñetas, los Trinitarios en el paseo de Vallecas [muy cerca del puente] y los Latin Kings mandan en Entrevías». Este planisferio territorial lo explicaba, hace unas semanas a este mismo semanario, Juan, un colombiano de 26 abriles y amigo del imberbe que vio que sufrió una semiamputación de apoyo.

Esta reyerta se produjo luego de que los Trinitarios atacaran a los Ñetas mientras bebían pimple en unas canchas situadas a pocos metros del estadio del Centella Vallecano. Esta argumento, sin retención, no quedará impune, según apuntaba un pandillero en esta misma información recogida por torrevieja news today.

Conocedores de este contexto y el incremento de las pintadas que manifiestan una «refriega entre bandas» en las calles cercanas al paseo de Vallecas, los vecinos están más atemorizados que nunca y exigen unas medidas más duras contras los implicados en estas actividades delictivas. «Estas pintadas reflejan cerca de fuera la tensión que hay entre ellos. Sin duda notamos más tensión ahora que hace unos meses», concluye Fermín.

Desde Dirección Superior de Policía Doméstico aseguran a este semanario que no se ha llevado a sitio ningún refuerzo más en los últimos días. Los vecinos afirman que hay «asaz presencia policial» en la zona, aunque señalan que agradecerían más efectivos durante las noches, que es «cuando más problemas se dan».

Así, la vicealcaldesa delegada de Seguridad del Consistorio de Madrid exigió hace unas semanas a delegación del Gobierno medidas para impedir esta situación «de guisa urgente» con un aumento tanto de efectivos policiales como de medios y herramientas legales para que estos hechos «no queden impunes».

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