La curiosa fiesta de dos pueblos de Granada que aspira a convertirse en Patrimonio de la Humanidad


Todo el mundo termina sudoroso y perdido de pintura, pero se lo pasa en espacioso. Es la fiesta del Cascamorras, Acertadamente de Interés Cultural, declarada de Interés Turístico Internacional, solicitante a que la Unesco la declare Patrimonio Inmaterial y que cada año congrega a miles de personas. Comienza este viernes 6 de septiembre en Mano y finaliza el próximo lunes en Guadix. La del Cascamorras es una historia digna de contarse.

Comienza en el año 1151, cuando los almohades, que dominaban por entonces estas dos comarcas granadinas, destruyeron una ermita mozárabe que había en La Churra, a las aledaños de Mano. En 1470, cuando ese país ya había sido conquistado por los Reyes Católicos, se reconstruyó para ubicar allí la Iglesia de la Piedad.

En esas tareas, Juan Pedernal, un trabajador de Guadix, aseguró ocurrir audición una voz que decía: «Ten piedad». Empezó a averiguar y encontró una talla de una virginal, que casi inmediatamente recibió el nombre de Nuestra Señora de la Piedad.

Pedernal quería llevársela a su pueblo argumentando que él era quien la había antagónico, pero no lo consiguió. La virginal se quedó donde fue hallada y el hombre, acullá de resignarse, se plantó poco a posteriori en Mano acompañado por un extraño personaje vestido de poco parecido a un bufón o un payaso, el Cascamorras.

Más de cinco siglos de divertidos fracasos

Fracasó. Los bastetanos, que así se llaman los de Mano (los de Guadix son accitanos), lo impidieron y los mancharon a colchoneta de correctamente. Le dijeron a Pedernal que si alguna vez conseguía vestir inmaculado la imagen de la iglesia de la Piedad, donde se encuentra, ésta podría quedarse para siempre en Guadix. Pero eso nunca ocurrió. El Cascamorras nunca salía íntegro de su expedición.

Desde hace más de 500 primaveras, todos los primaveras se aprovecha el primer fin de semana de septiembre para repetir la historia, que por cierto tiene un segundo asalto, por así decirlo, en Guadix. El 9 de septiembre, el Cascamorras regresa a Guadix sin la deseada talla y allí lo reciben como en Mano, tirándole pintura. No es tóxica, menos mal.

Podría pensarse que la del Cascamorras es una figura objeto de mofa, que se ridiculiza a ese bufón. Pero en Guadix no lo ven así, ni muchísimo menos. Ser la persona elegida para representar al payaso es todo un honor. En Guadix, a posteriori de echarle toda la pintura a su valor, los vecinos lo jalean y homenajean. En Mano hay una estatua en su honor.

El intento de recuperación (próximo al fracaso, eso ya se puede dar por seguro) será esta tarde, a las 18.00 horas, y será el pistoletazo de salida de las fiestas de Mano, que se prolongarán hasta el 15. En Guadix acaban de finalizar, pero no cerca de duda de que revivirán el lunes 9 cuando su infortenado héroe regrese sin la virginal.

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