¿Nervios por este estreno?
Javier Veiga: Más que nervios, ansiedad. No hay nada más que hacer, no podemos influir en el resultado ni en si la gente va al cine o no. Esto ya está empaquetado y hay ganas de que la gente vaya a los cines.
Marta Hazas: A mí me pasa lo mismo, soy nueva pero no tengo que trabajar. Es el sentimiento de: “He llegado hasta aquí”. Ojalá la gente se movilice y vaya a los teatros, y sobre todo en Galicia y Ourense. Creo que Galicia es casi un personaje más en la película, hemos retratado a Ourense de una manera que incluso me emociona cuando vuelvo a ver la película.
JV: Me daría rabia que la gente de Ourense no fuera a ver la película. Hemos vivido allí durante dos meses.
Ese primer contacto ya lo tuvieron en el preestreno en el Teatro Principal hace unos meses. ¿Cómo lo recuerdan?
JV: También fue la primera proyección con público y eso nos emocionó, ver cómo reaccionaba la gente. También en el Teatro, en la calle donde rodamos la mitad de la película. Fue algo emocionante.
MH: En La zapatería del abuelo, donde allí se grabó parte de la película, fue como poner la guinda al pastel. Es uno de los cafés más bonitos en los que he estado.
Esta es una historia de amistad, ¿qué más encontrará el espectador?
JV: Una historia honesta, emotiva, en la que hablamos de la amistad y la muerte, de amigos que se enfrentan a algo parecido a la muerte pero en un tono de comedia suave, de melancolía optimista.
MH: Yo diría morriña con retranca, melancolía más que optimista.
Javier ya es gallego, ¿Marta ha adoptado la retranca?
MH: Sí, sí. Creo que estamos de acuerdo con la retranca, aunque en Cantabria se llame ironía. Es una forma de hacer comedia que me encanta.
¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar juntos?
JV: Cada vez es más natural, por eso hemos creado esta productora con la que ya hemos hecho teatro, televisión y ahora cine. Nos sentimos muy cómodos trabajando juntos y apostando por las mismas historias.
¿Cuál fue el proceso para convertir a Galicia en una protagonista más de la película?
MH: Creo que la muerte es algo que los gallegos han asumido de una manera muy acorde a cómo la viven en México, se mira más de frente a la muerte. Para mí rodar en Galicia ha sido de una forma súper natural. Galicia era un lugar perfecto para filmar. Y Javi también se dio después el honor de rodar en su pueblo.
¿Qué aprendizaje te deja este proyecto?
JV: Un poco más de madurez, probablemente porque he hecho comedias más puras. Creo que la historia, lo que se cuenta y la emotividad que tiene, está por encima de todo.
MH: He aprendido a producir bien las cosas. Solía pensar que primero se hace un producto y luego se vende. Y resulta que es al revés. Pero como confío mucho en los proyectos en los que me involucro, ha sido un viaje muy lindo para mí. Fue un guión del que me enamoré desde que lo leí. Para las actrices este proyecto es un regalo.
¿Ya estás pensando en el próximo?
MH: Por supuesto.
JV: ¡En los próximos! La intención es seguir la línea de producción e intentar que no seamos siempre pareja dentro y fuera de la pantalla.
MH: Detrás de la pantalla, sí. (risas).
JV: Lo que nos gusta es contar historias que nos conmuevan, que nos gustaría ver como espectadores.