Una bofetada de realidad para el Ourense CF en Barcelona (3-0)



El Ourense CF regresó de infructifero del estadio Johan Cruyff luego de perder delante el Barcelona Athletic un partido que el filial dejó resulto en los primeros 45 minutos.

Y eso que la puesta en cuadro propuesta por Rubén Domínguez fue atractiva. El equipo salió atrevido en un escena que invitaba a ser robusto. Los ourensanos trataban de tú a tú al filial y tuvo media hora en el que dejó una buena imagen. En el intercambio de golpes no salió perjudicado. Carbonell y Jerin gozaron de dos disparos que se le fueron fuera en los primeros minutos. La réplica particular fue un tiro de Ureña que pegó en un defensa, luego tocó Marqueta y se fue al poste. Al cuarto de hora, un centro de Hugo Sanz al que no llegaron ni Carbonell ni Di Renzo lo cazó en el segundo palo Andrada, que con un violento disparo obligó al meta Astralaga a meter una gran mano para mandar a impulso de esquinazo. Y antiguamente de la media hora, otro buen impulso Álex Gil se fue rozando el poste. Y hasta ahí. 

A la media hora el colegiado señala un penalti poco más que riguroso por una supuesta mano de Fullana, que tras ver las diferentes repeticiones que ofrecieron cuesta verlo, encima de que no interrumpe la barrabasada particular. Esa audacia cambió y condicionó totalmente el partido. El impulso lo ejecutó Víctor Barberá, que engañó a Marqueta (1-0).

Dos goles de “primos”

El Ourense CF vivió en sus carnes, otra vez, como ya le pasó en los dos primeros partidos, la crudeza de una categoría que no perdona. Cuando no son los errores son los detalles, pero es la verdad y toca aceptarla y acostumbrarse cuanto antiguamente.

El gol dejó tocados a los ourensanos y envalentonó a los chaveles culés. Que tienen calidad para regalar nadie lo duda y si le das tregua, te empapelan. Y lo hicieron en solo tres minutos. En el 41, Toni Fernández, que tiene 16 primaveras recién cumplidos, hizo la tabique al borde del campo de acción con Ureña y finalizó la barrabasada con una voleo con la izquierda para hacer el 2-0. En el 45, su primo Guille Fernández, tras pase de Toni, la vuelve a poner allí del resonancia de un desesperado Marqueta. 3-0, tiempo de alivio y partido finiquitado.

Sobraron 45 minutos

La segunda parte sobró. El Ourense quiso pero no pudo. Cierto que volvió a tener ocasiones, pero no puntería y así es ficticio. Esta categoría te dice que no puedes dar facilidades si no quieres que te retraten. Corrían los minutos con el equipo de Albert Sánchez dejando hacer y sin tener prisa y los ourensanos que cada vez se veían más impotentes.

Unos y otros firmaron un pacto de no acometida y esperaron el final del choque. El árbitro igualmente lo entendió y solo prolongo tres minutos. Y sobraron. Esto acaba de emprender y queda mucho por delante, pero debe de servir de estudios para citas inminentes.

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