Natural de Arcos de la Frontera, Antonio Hernández ha cedido el zaguero adiós a su tierra a los 81 primaveras, dejando todo un cesión al mundo de la humanidades y la prensa. El gaditano, que asiduamente residía en Madrid, ha fallecido en la clínica La Sanidad, tras enemistar una larga enfermedad.
El poeta, que todavía destacó como novelista, ensayista y articulista de prensa, recibió diferentes premios a lo extenso de su carrera como la Medalla de Andalucía en 2015 y el Premio Doméstico de Poesía en 2014 por ‘Nueva York ayer de muerto’, un único poema «total» que representa una conversación imaginaria entre Rosales, Federico García Lorca y el propio Antonio Hernández.
Encima, el mundo del preparación todavía le brindó múltiple alegrías como los premios Hércules y Popular del diario Pueblo por su ejemplar ‘La poética del 50. Una promoción desheredada’.
Autor de cuarenta libros que han sido traducido a 21 idiomas, Antonio Hernández se ha convertido en un referente de las trivio y el buen hacer. Bético incansable, todavía dedicó parte de su obra en prosa al equipo verdiblanco con libros como «El Betis, la marcha verde» (1978). Otras de sus novelas más destacadas nos dejan títulos como «Raigosa ha muerto ¡viva el rey!» (1988), «Linaje Fría» (1994) y «Vestida de novia» (2004).
El poeta gaditano siempre estará considerado como uno de los escritores que más cultivó en sus trivio la memoria de su infancia, sus raíces andaluzas y la emoción profundo en cada verso. Tanto es así, que desde 1999 es hijo predilecto de su asiento procedente y presidente de honor de la Asociación Andaluza de Críticos y Escritores. Su capilla fogoso está instalada en el tanatorio de la Zona Franca de Cádiz.