Diego Ruiloba siempre ha llevado el mundo del automovilismo por bandera. Al piloto asturiano le han inculcado esta pasión desde que era pequeño y empezó a competir en con karts y en campeonatos de autocross, pero el sueño del de Pravia siempre ha sido el mismo: “Mi objetivo era cumplir los 18 primaveras y poder esperar a los rallies que de verdad era lo que me apasionaba”, aseguraba Ruiloba.
Pronto firmó su primer convenio profesional
Al cumplir esa permanencia, Diego participaba en copas de promoción, “prácticamente accesibles para todos, con coches de serie, igual que los que se ven en la calle”, comentaba el piloto. Las victorias nacionales en los campeonatos de Suzuki y de Peugeot le llevaron a firmar su primer convenio profesional con una marca, convirtiéndose en piloto oficial de Citroën.
Con su nuevo equipo, Diego participa en el Súper Campeonato de España; y este fin de semana ha competido en una de las pruebas más prestigiosas del campeonato: el Rally Princesa de Asturias, en su tierra, quedando en segunda posición.
Toda la vida detrás de un volante
El piloto de Citroën no olvida todo lo que sus padres han peleado para que él pudiera cumplir su sueño y siempre que puede, se monta en el camión para ayudar en la empresa abierto en el transporte del material: “Siempre que tengo tiempo soberano intento emplear para ayudar a mi grupo, que son los que me empujaron para poder estar aquí”, explica.
Aunque ir interiormente del coche de competición tirada el banda más competitivo de Diego, el pipiolo de 23 primaveras es consciente de la responsabilidad que tiene el trabajo de su grupo e “intenta ser lo más cuidadoso posible. Intento cuidar la carga que llevo, cuidar el camión, ser todo lo cuidadoso que puedo”, cuenta el asturiano.
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