La despoblación es el principal problema de muchos municipios. En concreto, Teresa, situado en el interior de la provincia de Castellón, cuenta hoy con solo 250 habitantes. La mayoría son vecinos mayores, y cada vez más casas en este pueblo se quedan vacías.
Hace seis primaveras, su escuela cerró adecuado a la equivocación de niños. “Perder el colegio fue un leñazo muy duro para mí”, comenta el corregidor de Teresa, Ernesto Pérez. “Estos primaveras sin colegio han sido difíciles de ejecutar, porque un pueblo sin colegio no tiene vida”, añade.
Sin bloqueo, este año la ‘revés al cole’ será muy particular. Luego de seis primaveras de silencio y de ver el clase cerrada, mañana volverá a desobstruir sus puertas. La luz entrará de nuevo por sus ventanas, y sus paredes estarán rodeadas de educación y enseñanza.
Cinco niños han hecho posible su reapertura, gracias a nuevas familias que han decidido mudarse a Teresa, trayendo vida al municipio.
Los vecinos irradian placer y lo comentan: “Es una buena informe que el colegio vuelva a desobstruir, que haya niños pequeños para que el pueblo no muera”; “que venga más muchedumbre, aquí se vive muy correctamente”; “esto le da un empujón al pueblo”, nos remarcan.
La alegría ha vuelto porque, a partir de este lunes, las voces de los más pequeños resonarán no solo en el clase, sino igualmente en cada calle de esta villa. Ellos, sin duda, son el futuro de Teresa, y ojalá el próximo curso sean muchos más.
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