El de 7 de septiembre de 2019, la tribu recibía la trágica notificación y les comunicaban que su hija había aparecido muerta detrás de un quitamiedos en la carretera A-4 a la salida de Carmona. Ana iba con su novio en coche y el pollo tan pronto como sufrió ningún rayajo. El cuerpo de Ana se encontraba a 60 metros del transporte de su novio. Cuando llegó la Guripa Civil, el hombre dio varias versiones de los sucedido: que se le había cruzado un animal o poco y había chocado contra el quitamiedos de la carretera, más tarde que se había despistado del volante al escuchar un ruido en la parte de detrás, impactando así contra el quitamiedos. Y la última que Ana se había suicidado porque había discutido con su padre por las notas y luego que fue por cuestiones de billete.
Esta traducción es la que creyó la jueza y la fiscalía del Chancillería de Carmona. Por lo que 36 horas a posteriori cerraron el caso.
La tribu de Ana aún en shock por lo sucedido decidió incinerar su cuerpo y enterrarla. Pero tan solo 10 días a posteriori recibieron un correo de su psicóloga advirtiendo que la pollo le había pedido ayuda para que tratara a su novio al ser muy celoso y violento. Este mail hizo que Antonio Buza, su padre, pidiera la reapertura del caso y no dieran por buena la traducción del suicidio.
Posible caso de violencia machista
El progenitor decidió confutar esa traducción con datos, contrató a un equipo justo y irrefutable con el que poder demostrar que esa no era lo que le había ocurrido a su hija. Sino que podría tratarse de un caso de violencia machista. Según los informes de los peritos demuestran que la pollo fue atropellada, que las fracturas que sufrió son compatibles con el impacto. Por lo que la hipótesis que manejan los técnicos es que Ana se bajó del transporte por un motivo que se desconoce y que fue atropellada intencionadamente por su pareja.
Encima la tribu denuncia fallos en la investigación. No entienden cómo no se tomó manifiesto a las primeras personas que llegaron al circunstancia del montaña e intentaron guardar la vida de Ana. Ni siquiera pidieron las imágenes de una cámara que había a tan pronto como cien metros del circunstancia del siniestro. Y nunca les preguntaron cuáles eran esas discusiones con su hija que habían propiciado el suicidio.
Ellos están convencidos de que se alcahuetería de un homicidio por violencia de carácter. Y consiguieron que el caso fuera trasladado hasta un Chancillería de Violencia sobre la mujer. Ahora, con todas las pruebas sobre la mesa, el sentenciador tendrá que arriesgarse si abre la causa.
Se borraron datos del móvil de la pollo a posteriori del montaña
La tribu de la víctima ha solicitado que se prorrogue seis meses la escalón de instrucción del caso tras conocer que se borraron datos del móvil de la pollo a posteriori del montaña.
Cuando el propio Antonio fue a pedirlas ya habían pasado diecisiete días y se habían borrado. Siquiera preguntaron al padre de la víctima por esas supuestas discusiones que había tenido con su hija y que fueron, según Rafael, el desencadenante de su suicidio.
El caso quedó archivado 36 horas a posteriori del hallazgo del muerto. “El novio de mi hija cambió cuatro veces la traducción de su homicidio”, ha asegurado el padre de Ana en una entrevista a Espejo Conocido. Siquiera se revisó la cámara de videovigilancia que estaba a pocos metros del circunstancia del suceso, ni se interrogó a la pareja de la pollo para que aclarase todas las versiones ofrecidas.
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