Agustín Parra: La (inexistente) política migratoria


La primera condición para regir adecuadamente es comprender proporcionadamente la ingenuidad, sin autoengaños ni prejuicios ideológicos. La ingenuidad, al igual que la formalidad, no se puede negociar.

La demografía europea, especialmente la española y aún más la catalana, enfrenta desafíos significativos. Las causas son complejas, pero las consecuencias son claras: disminución de la productividad, envejecimiento de la población y aumento de las deyección socio-sanitarias.

Aunque la mayoría de los inmigrantes, sean legales o no, no cometen delitos y prefieren trabajar en la bienes sumergida antiguamente que robar, una parte significativa sí lo hace, y el sistema penal no siempre es capaz de gestionarlo adecuadamente. Por otra parte, no podemos ignorar que algunos inmigrantes llegan con la intención de vivir ilegalmente propiedades ajenas. Examinar este problema es esencial para abordarlo de modo efectiva.

La tercera ingenuidad, no menos importante, es que los Estados europeos enfrentan dificultades para realizar con la misma firmeza en presencia de la inmigración ilegal que muestran en su apoyo a Ucrania frente a la invasión rusa. Por otra parte, el Gobierno gachupin se centra en el reparto de menores no acompañados entre las comunidades autónomas (responsabilidad de las administraciones públicas), pero no aborda la entrada mucho longevo de inmigrantes ilegales adultos.

Es necesario ir más allá de emitir órdenes de expulsión. Se requiere una política europea y española que obligue a los países de origen a aceptar las devoluciones, ya sea mediante acuerdos diplomáticos o medidas más firmes.

La idea del «billete de envés» puede sonar proporcionadamente, pero no es efectiva sin una política europea que proporcione a España los medios para administrar la inmigración ilegal desde los países de origen.

El problema de la inmigración ilegal igualmente tiene un impacto financiero significativo. La trámite inadecuada de este engendro puede aumentar los costos en servicios públicos, como la salubridad y la educación, y ocasionar tensiones en el mercado profesional. Por otra parte, la equivocación de integración adecuada puede admitir a una último productividad y a un aumento de la bienes sumergida, lo que perjudica la colecta fiscal y el explicación financiero del país.

En epítome, debemos diferenciar entre los inmigrantes que vienen a contribuir y los que vienen a delinquir y no extender. Es fundamental apoyar a los países con graves problemas económicos, sociales o políticos para acometer las causas de la inmigración.

Agustín Parra es economista del Colegio de Economistas de Cataluña y diputado del PP al Congreso por Barcelona

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