«No me gusta hacer jurídico-ficción. Lo único que puedo asegurar es que me audiencia absolutamente tranquilo, que tengo el mayor respeto al Tribunal Supremo, como a todos los tribunales, y que hay que dejar que haga su trabajo».
Así se ha pronunciado este lunes 9 de septiembre Álvaro García Ortiz, fiscal universal del Estado, cuando le han preguntado si piensa dimitir en caso de que finalmente sea investigado por el Tribunal Supremo en relación con el caso de la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
En Ciñuela, donde ha asistido a la toma de posesión de la nueva fiscal jerarca de Ciñuela, Concepción Ángela Rodríguez Cabezas, de quien ha destacado su «perfil inmejorable» que presenta para cumplir su trabajo, García Ortiz ha querido ser muy prudente sobre su causa, que ya está en manos del Supremo.
Allí será defendido, ha dicho, por la teniente fiscal del Tribunal Supremo. «Es la persona que se encarga de las cuestiones de relevancia, en distinto de las que no se puede hacer cargo al fiscal universal. Es la jefa de los fiscales del Supremo y a ella le corresponde», ha especificado.
Siquiera ha querido ser muy preciso cuando se le ha preguntado si piensa que el Tribunal Superior de Ecuanimidad de Madrid había exhausto la investigación antaño de pasarla al Supremo. «La honradez y la política deben ser espacios diferentes», ha indicado.
Ha admitido que, por supuesto, honradez y política «confluyen» en lugares comunes, pero ha reiterado que desde la Fiscalía del Estado «no hacemos política-ficción y nos ceñimos a nuestro papel imparcial. No tenemos ningún interés particular, como puedan tener otros de forma legítima, y nuestro interés sólo es sabido», ha finalizado.