el fin de la inmersión lingüística en catalán y la discriminación al castellano


El curso escolar 2024-25 ha arrancado este lunes en la Comunidad Valenciana con novedades como la educación universal y gratuita de 0 a 3 abriles y -también, en especial- con el fin de la inmersión gramática en catalán, que se desmontará por completo en el próximo año culto.

El contraste en la presente ya se aprecia en algunos aspectos secreto: de aquellos planes experimentales que en la habilidad borraban el castellano de las aulas se pasa a la liberación de selección de jerga vehicular (de colchoneta para la enseñanza, en las asignaturas troncales) para las familias, que van a votarla antiguamente de Navidad.

Igualmente, unos de los primeros alumnos que van a notar la diferencia en este aspecto idiomático son los que viven en las zonas de predominio castellanohablante, donde se mantiene la exención del valenciano -aunque el conseller de Educación, José Antonio Rovira, recomienda no solicitarla- y ahora ya no les van a ‘colar’ la obligación de tener que memorizar otras materias en esa jerga, como ocurría con Matemáticas, por ejemplo.

Y conforme avance el curso, otra de las novedades secreto se apreciará cuando lleguen los exámenes, porque la nueva ley que deroga la previo de Plurilingüismo todavía da la potestad a cada estudiante a expresarse en castellano o valenciano, según prefiera, en todas las evaluaciones y pruebas. En las dos anteriores legislaturas, la norma impulsada por Compromís desde la Conselleria -respaldados por el PSPV-PSOE de Ximo Puig- imponía el valenciano hasta el punto de que algunos alumnos que se negaron fueron castigados o incluso suspendidos a pesar de tener una nota de 9 sobre 10, tal como publicó torrevieja news today.

Precisamente las calificaciones numéricas representan otro de los cambios introducidos por el unidad de Rovira, partidario de contar el nivel de conocimientos con esta escalera más precisa, como se había hecho siempre, en empleo de con adjetivos o expresiones más subjetivas.

Con todo, el inicio del curso con esta nueva dinámica en cuestiones lingüísticas ha suscitado un amplio perico de valoraciones entre la comunidad escolar y las entidades sociales vinculadas a estos temas.

Las opiniones más críticas proceden la autodenominada ONG del catalán (Plataforma per la llengua) y varios sindicatos, en singular, el STEPV, que ha vuelto a insistir este lunes en que la Generalitat Valenciana «arrincona al valenciano« aunque paradójicamente lo achaca a que las familias puedan nominar. En universal, el sector ideológicamente más allegado al nacionalismo e independentismo catalanista rechaza estas medidas de liberalización.

En la posición contraria, Idiomas y Educación o Escuela de Todos, insatisfechos porque esperaban una ley que fuera más allá y, sobre todo, porque se mantiene el requisito lingüístico para los funcionarios, si acertadamente esa exigencia del título de valenciano se diluye al concederse automáticamente al finalizar la etapa escolar con una nota de 7 en esa asignatura, adicionalmente con carácter retroactivo desde 2009.

En el caso de Hablamos Castellano, su máxima responsable –Victoria Alberca– ha expresado en redes su «agradecimiento’ al conseller Rovira por »cumplir« con su promesa de que las familias tengan la selección de jerga para los exámenes. Por otra parte, le ha conminado a transmitirlo a sus homólogos en Baleares y Galicia, «compañeros de partido» (el PP).

«Ha legado instrucciones precisas; es poco muy sencillo, no hace descuido cambiar la norma, y hay que ver la diferencia para tantos chicos a la hora de hacer los exámenes y sus trabajos, poder expresarse en su jerga«, ha resaltado Alberca.

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