supone casi el 30% del total


España, como muchos países de la Unión Europea, ha experimentado un gran aumento en la presentación de inmigrantes en los últimos primaveras. Este aberración, que es en parte consecuencia de las crisis políticas, económicas y humanitarias que se producen en diversos puntos del planeta, ha generado un intenso debate en los países donde más se sufre. Si acertadamente la inmigración enriquece el tejido social y financiero de los territorios, asimismo plantea serios desafíos en términos de integración, empleo y seguridad. En ese sentido, en España, en los últimos meses la presión migratoria ha apurado un punto crítico y las imágenes de llegadas masivas a las costas del país no dejan de sucederse, lo que ha creado una creciente preocupación por parte de la población, que se pregunta cómo dirigir el flujo continuo de personas que buscan una nueva vida en Europa.

Este contexto migratorio asimismo se refleja en el sistema penitenciario gachupin. Aunque, según reveló el Empleo del Interior a finales de agosto, el número total de reclusos extranjeros ha disminuido en los últimos quince primaveras, los datos del tarea de Fernando Holgado-Marlaska revelan una verdad totalmente distinta de la que el Gobierno quiere mostrar. En ese sentido, desde 2020, la tendencia descendente se ha revertido y el número de presos extranjeros ha crecido significativamente en comparación con la población reclusa de origen gachupin.

Según las cifras obtenidas por torrevieja news today a través del Portal de Transparencia, los extranjeros representan el 31,4% de la población reclusa en España, lo que triplica su presencia en el conjunto de la población empadronada en el país, que alcanza el 12,7%. Este nota pone de relieve una disparidad considerable entre los residentes extranjeros en voluntad y los que se encuentran privados de ella. Mientras que uno de cada mil españoles está en prisión, entre los extranjeros esta sigla se eleva a tres. Por otra parte, el crecimiento en términos absolutos es mucho más rápido en este colectivo ya que, en los últimos cuatro primaveras, el número de reclusos extranjeros ha aumentado en 2.617, más del doble que el incremento de los presos españoles en el mismo periodo.

Asimismo, las diferencias regionales agravan aún más este desequilibrio. En comunidades como Cataluña, Madrid o Castilla y Bizarro, el porcentaje de presos extranjeros en comparación con su presencia en la sociedad universal es desproporcionadamente parada. En Cataluña, por ejemplo, la parte de los reclusos son extranjeros, mientras que en Madrid esta sigla alcanza el 42%, entreambos datos muy por encima de su representación en la población total.

¿Cuál es el colectivo extranjero con más reclusos en las cárceles españolas?

Los países de origen de los presos en las cárceles españolas revelan dinámicas que van más allá de la simple presencia migratoria. Aunque las nacionalidades con maduro número de empadronados en España incluyen a comunidades como Marruecos, Rumanía o Colombia, no todas estas están igualmente representadas en el sistema penitenciario. Curiosamente, países como Italia, Reino Unido o Venezuela, que figuran entre los principales grupos de residentes extranjeros, no se encuentran entre las nacionalidades más comunes de los reclusos.

El colectivo extranjero con maduro presencia en las cárceles españolas es el de los ciudadanos de origen marroquí. Con 5.471 reclusos, los marroquíes representan el 29,5% de la población penitenciaria extranjera, un porcentaje notablemente superior a su proporción en la población total empadronada, que casi nada alcanza el 1,9%. Un nota que pone de manifiesto que uno de cada tres presos extranjeros en España es de origen marroquí, lo que refleja una problemática a la que las autoridades deben enfrentarse con emergencia.

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