Paré por seguridad mía y del pasaje


Encarna tiene 50 abriles y es conductora de autobús. Ella misma cuenta que en su postrer trabajo realizaba rutas de larga distancia, concretamente entre Valencia y Almería, siendo la única mujer en la empresa asignada a este tipo de servicio.

Recientemente la empresa para la que trabajaba tomó la valor de despedirla. El motivo, sorprendente. Este miércoles se tenía que activo celebrado un entendimiento para resolver la situación, pero no llegó a comenzar ya que ambas partes alcanzaron un acuerdo, que Encarna aceptaba, sin permanecer completamente satisfecha.

El desencadenante

Un día más en su carrera profesional, Encarna se encontraba en la cabina del autobús que conducía en su ruta habitual. Ese día la conductora padecía los peores síntomas de la menstruo, y llegado un momento tuvo que detener el transporte por los fuertes dolores que sufría.

Poco tiempo a posteriori a Encarna le comunicaban su despido, las razones: varias paradas ‘no planificadas’ en su ruta.

La primera de ellas era la descrita anteriormente y la segunda, que ella misma relataba, por notar somnolencia: “Se me cerraban los fanales”.

Ambas pausas en los viajes estarían antes más que justificadas y es que adicionalmente, la trabajadora asegura que lo hizo “por la seguridad del pasaje”.

“Un sabor agridulce”

Los motivos que esgrimía la empresa para echarla no convencieron a Encarna, que denunciaba a la compañía de transportes. A ella le habría gustado una readmisión a su puesto de trabajo, sin bloqueo en el acuerdo atrapado la empresa reconoce el despido como improcedente y a la trabajadora una indemnización económica que rondaría los 45.000 euros.

“Tengo un sabor agridulce. A mi me hubiera gustado que me hubieran reincorporado, haberme regalado mi puesto de trabajo. Pero bueno, hemos atrapado un acuerdo” expresaba Encarna.

¿Trato diferente a otra dolencia?

Encarna confiesa que a lo derrochador de los abriles la relación con su empresa no ha sido del todo buena, según ella, por exigir sus derechos laborales. Las palabras de Encarna invitaban a pensar que estaba en la diana de sus superiores.

“Les he molestado siempre, desde el principio”

Por esto postrer, a la hora de reponer a si piensa que la empresa la hubiera despedido igualmente, de activo sufrido una indisposición causada por otras causas médicas justificadas, respondía afirmativamente.

De hecho la mujer menciona algún caso de compañeros suyos que han realizado paradas incluso por sueño y no ha habido ningún tipo de consecuencia.

La regla: dolencia reconocida

La periodista y colaboradora Ana Iris Simón intervenía para rememorar que uno de los recientes cambios en los derechos de las trabajadoras, que reconoce el derecho a la quebranto “por dolores menstruales”, y apreciaba el caso de Encarna como “una disparate”.

Encarna incluso contaba que pese a que ella era la única conductora de larga distancia de entre sus compañeros, las mujeres siquiera abundarían en la plantilla. Eso sí, afirma que no conoce de casos de discriminación por especie en la compañía.

Aitor Esteban, sobre Venezuela

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *