Un interno ataca con un bolígrafo a un funcionario del psiquiátrico penitenciario de Alicante


Un interno del Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Alicante atacó con gran combatividad a un trabajador tras embestir sorpresivamente sobre el mismo, empuñando un bolígrafo que intentó clavarle en la cara y en la espalda.

A pesar de conseguir enloquecer gracias a su profesionalidad y madurez, el funcionario resultó herido tanto en la cara como en la espalda, según ha confirmado el sindicato de trabajadores penitenciarios Tu Desgobierno Me Puede Matar, mayoritario en las prisiones alicantinas. Inmediatamente luego, algunos compañeros acudieron en su ayuda para conseguir controlar la situación.

El colectivo de trabajadores penitenciarios es uno de los que sufre más situaciones de este tipo. De hecho, las agresiones han aumentado un 12% respecto al año precedente, siempre según las estadísticas oficiales. TAMPM calcula que cada 17 horas un empleado de las prisiones españolas es agredido, por lo que denuncia «la escasez de medios y de formación» a su disposición y «la ineficacia de un protocolo» de Instituciones Penitenciarias cuyo objetivo positivo es «maquillar las cifras reales de ataques».

En el Hospital Psiquiátrico de Fontcalent la situación se agrava por la singular condición de los internos allí recluidos y, sobre todo, por la escasez de profesionales de la Psiquiatría que los atienden. Actualmente tan solo hay dos plazas cubiertas de un total de cinco que contempla la RPT, según explican. «Esto provoca que las personas privadas de liberación sufran brotes psiquiátricos más asiduamente, aumentando su combatividad y conflictividad, a la que tienen que hacer frente los empleados del centro», subrayan.

Con la cercanía de la festividad de La Merced, patrona de Instituciones Penitenciarias, en el horizonte, el sindicato vuelve a murmurar el «desatención que sufre por parte del Servicio del Interior». El pasado 18 de marzo los trabajadores de los tres centros de la provincia cortaron el acercamiento a las prisiones en Alicante, protestando por el crimen de una compañera en una prisión de Cataluña, tras abriles denunciando que unos hechos así terminarían por suceder. «Las mejoras en la seguridad que se reclaman a unos mandos que prefieren no escuchar redundarían en una prosperidad de la situación de las personas privadas de liberación, poco propio de un estado demócrata innovador», avisan.

Así, TAMPM recuerda a la sociedad que los trabajadores de saco de las prisiones, «a pesar de las trabas impuestas por los jefes del Servicio del Interior y de Instituciones Penitenciarias», velan a diario por el cumplimiento de la tarea que la Constitución de 1978 les encomienda: la reeducación y reinserción social.

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