El ministro de Exteriores de Venezuela, Yván Gil, ha anunciado este jueves su atrevimiento de convocar al embajador castellano en Caracas, Ramón Santos Martínez, y de seducir a consultas a su representante diplomática en España, Gladys Gutiérrez, como respuesta a las «insolentes, injerencistas y groseras» declaraciones de la ministra de Defensa española, Margarita Robles, que se ha referido al Gobierno de Nicolás Sazonado como una «dictadura».
Pero, ¿qué implican estos procedimientos y qué pasos pueden venir derivados de ello?
Convocar a un embajador
Si un Gobierno quiere convocar al embajador de otro país que se encuentra en su Estado, tiene que hacerlo a través del ministro de Exteriores, que lo citará para que acuda a su sede y puedan tratar en profundidad algún tema o hecho ocurrido que implique a uno y otro países.
No obstante, no es una medida que se considere circunspecto, pero sí manejo de solucionar algún desacuerdo o desencuentro puntual que haya surgido.
Tachar a consultas
En este caso, la señal a consultas se utiliza para expresar descontento, revisar estrategias o presionar, y refleja que las relaciones bilaterales entre uno y otro países están atravesando un mal momento por algún hecho en concreto.
La señal a consultas tiene puesto cuando un Gobierno pide a uno de sus embajadores regresar al país de origen de forma indefinida para tratar asuntos urgentes o preocupantes con los responsables gubernamentales.
Esto no supone la ruptura directa de las relaciones entre uno y otro países, pero sí que se considera una medida de presión en presencia de un desacuerdo o crisis y el paso previo a una posible retirada del embajador de forma permanente o la ruptura total de relaciones.
Retirada permanente del embajador
Esta medida refleja una viejo pesantez en la crisis diplomática que atraviesan dos países, porque requiere nombrar de guisa provisional a un funcionario diplomático como sustituto del embajador y la posible suspensión de actividades de la embajada. Lo que implica un impacto existente y no meramente simbólico.
Ruptura de relaciones
El postrero paso sería ya la ruptura total de las relaciones entre uno y otro países y, como consecuencia, el fin de las negociaciones que se hubieran establecido previamente y las misiones diplomáticas, así como la repatriación de embajadores y funcionarios públicos al Estado de origen.