Cuando el último recurso en familias con enfermos son los primeros auxilios



Rasgar las vías respiratorias, colocar a la persona en la posición fronterizo de seguridad o realizar la maniobra de reanimación cardiopulmonar (RCP) son habilidades que pueden redimir una vida. Y que cobran específico importancia cuando se es acostumbrado de una persona que padece una enfermedad avanzadilla -alzhéimer, cáncer, ELA, etc.- puesto que en cualquier momento estas personas pueden sufrir un atragantamiento o un desvanecimiento, y en esos casos resulta fundamental estar preparado. 

De estos particulares se estuvo hablando en la recorrido de ayer en Cruz Roja, quien ofreció a merienda participantes un taller de primeros auxilios donde se abordaron algunas especificidades de estas maniobras cuando se comercio con algún enfermo. “Son talleres donde se dan nociones básicas de primeros auxilios, para que puedan comportarse en una situación de emergencia”, comenta Jose Ramón Bayón, responsable provincial de Socorro.  “El procedimiento es el mismo, independientemente de la enfermedad”, garantiza Bayón.

Suso Carballo, coordinador de la entidad en el software de atención a personas con enfermedades avanzadas, explicaba que “pusimos este software en marcha hace un año en colaboración con La Caixa y el Sergas. Son trabajos de divulgación y coordinación donde damos indicaciones para proceder cuando hay dolencias, desde pacientes oncológicos hasta cardiopatías y dolencias respiratorias”. Uno de los aspectos que se trataron durante la sesión trataba sobre el miedo a la hora de acometer una reanimación, ya que existe el temor a hacer daño. Carballo comentaba al respecto que “es natural que una persona que se enfrenta a un enfermo inconsciente tenga reparo por no entender qué hacer. Deben ser conscientes que en ese contexto, somos el postrero expediente y solo podemos mejorar la situación, nunca empeorarla”.

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